Más de 270.000 millones en manos de pymes insolventes


El sistema bancario italiano vuelve a estar en el foco de la atención europea. Los motivos son fundamentalmente dos: el primero es que la banca italiana conserva unos 360.000 millones de euros en créditos incobrables que, representando el 18% del total de los mismos en Europa (y más del 20% del PIB italiano), es el porcentaje más voluminoso del conjunto continental. El segundo motivo es la progresiva bajada de las acciones del Monte Paschi di Siena, el tercer banco de Italia y el más antiguo del mundo, fundado en 1472. Coincide que, tras el Brexit, sus acciones han perdido un 50% de su valor. Así pues, un gran volumen de deuda y las dificultades de un banco histórico han conllevado una gran preocupación en toda Europa en los últimos días: la evidente fragilidad del crecimiento transalpino y el reciente Brexit podrían ser los detonantes de un posible efecto contagio cuya fuente sería la tercera economía. El país lleva años de estancamiento económico y no ha conseguido recuperarse como lo están haciendo otros socios europeos. El problema reside en cómo afrontar los 360.000 millones de euros de créditos incobrables, que se han multiplicado por tres desde el comienzo de la crisis. El 75% de éstos han sido concedidos a pymes de dudosa solvencia, sobre todo a partir de 2012, eludiendo y con algo de presunción, todo tipo de análisis de riesgos reales. El 66% de los créditos morosos (237.000 millones) están en manos de los cinco principales bancos italianos: Unicredit, Intesa, Monte dei Paschi, Banca Popolare y UBI Banca. Pero el 33% restante está en manos de entidades bancarias que están sufriendo con mayor fuerza la fragilidad de la recuperación italiana y que tienen menor margen de cobertura. No acaso el pasado otoño, el Gobierno transalpino y el Banco de Italia, en menos de 48 horas, tuvieron que elaborar un plan de salvamento para cuatro entidades regionales en crisis – Banca Etruria, Banca Marche, CariChieti y CariFerrara – por un valor total de 3.600 millones de euros a costa de los propios accionistas y obligacionistas, por tanto sin dinero público, práctica conocida como «bail in».

Pier Carlo Padoan, ministro de Economía del Gobierno de Matteo Renzi, afirmaba esta semana que «hay una percepción del sistema bancario italiano totalmente distorsionada en lo que se refiere a números, sufrimiento y necesidad de capitalizar» Se ha mostrado claro confirmando que «el hecho de que alguien diga que hay un riesgo generalizado tan alto no tiene fundamento». El contexto actual, según él mismo defiende, es sobre todo de naturaleza europea y también italiana: «Tras el Brexit los países de la UE hemos estado de acuerdo en que éste ha provocado inestabilidad en todo el sistema bancario europeo, por tanto no sólo en el italiano».

El problema es que no obstante el «bail in» aplicado en Italia desde comienzos de 2016 bajo iniciativa europea, podría no ser suficiente. Por este motivo, está siendo recurrente, en Italia, el debate acerca de si todavía es posible de alguna manera el rescate de determinadas entidades con presupuestos públicos, así pues, el «bail out». El británico «Financial Times» titulaba recientemente haciendo alusión a que el presidente del Gobierno italiano, Matteo Renzi, estaría dispuesto a rescatar los bancos italianos con dinero público, saltándose la normativa de la UE.

Source: The PPP Economy

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