Los insectos se quieren colar en el menú del futuro


En los últimos años están apareciendo en España empresas que se dedican a la producción y procesamiento de insectos para alimentar a los animales de granja. A nivel europeo, son muchos los inversores que apuestan por este sector, en el que la FAO lleva tiempo empujando a una mayor investigación. «Es un sector que se halla en fase de expansión, donde se requiere de información y conocimiento técnico para realizar una venta. La industria agroalimentaria en nuestro país es muy potente y es donde estamos enfocados», explica Jordi Calbet, consejero delegado de Iberinsect. «La acuicultura, la avicultura, el porcino, así como la alimentación de mascotas son sectores que tienen mucho potencial en la aplicación de lípidos y proteínas de insectos, ya que tienen una alta digestibilidad», añade. Los beneficios que aportan los insectos son claros: requieren 100 veces menos de tierras para producir la misma cantidad de proteína animal, consumen menos agua y para su producción no se requiere de antibióticos.

Iberinsect es una empresa biotecnológica especializada en la cría de tenebrio molitor (también conocido como escarabajo de la harina) y todos sus derivados: proteína, lípidos y abonos orgánicos. Cuentan con una visión integral del sector, controlando desde las materias primas para la alimentación de los insectos hasta la obtención de productos finales. Son muchas las razones por las que cree que se debe apostar en el sector de insectos «que ha venido para quedarse y aunque tiene muchos retos por delante, lo hace apasionante».

Según la FAO, en el 2050 la necesidad de alimentos aumentará un 70% y lo podemos hacer sólo con el 5% de tierras agrícolas, mientras los recursos de agua, suelo y pescado salvaje van disminuyendo. «Europa además es deficiente en proteínas y depende en buena parte de la importación de materias primas que las contienen. Esta importación genera gran impacto ecológico y hace insostenible el sistema actual», defiende el responsable de Iberinsect. Los insectos pueden ser parte de la solución, «otorgando más sostenibilidad a cadenas de valor existentes como son las de la acuicultura, animales de compañía y, en breve, las de la avicultura y porcino», resalta.

Tebrio es la compañía pionera y líder en la cría industrial del insecto tenebrio molitor. Creada en 2014, prevé construir una planta en Salamanca para alimentación animal que creará 200 empleos con una inversión de 50 millones de euros. «Siempre concebimos el proyecto a gran escala desarrollando tecnológicamente la industria para ser viable en el mercado. Trabajamos en el entorno 4.0, con IA, robótica, ‘blockchain’ y energías renovables», explica Adriana Casillas, la directora general de Tebrio, que participó en la reciente feria Food4 Future de Bilbao. Estas nuevas instalaciones les van a permitir producir cada año más de 100.000 toneladas de productos. «Del gusano extraemos proteína, aceite, fertilizante orgánico. La quitina y el quitosano la extraemos del caparazón de los insectos y se utiliza para envases y cosmética, por ejemplo», explica Casillas.

Insekt Label Biotech es otro ejemplo de empresa creada recientemente para incorporar los insectos en la cadena agroalimentaria global. «Vimos la oportunidad en 2018 con el nuevo reglamento europeo Novel Foods. Empezamos con la cría y comercialización de varias especies para el mercado de mascotas y luego para el mundo animal. Desde hace año y medio buscamos también soluciones para alimentación humana», afirma Josu Oleaga, CEO Insekt Label Biotech. Crían los insectos y los transforman ya sea por deshidratación o elaborando harina. «El gusano es una fuente de proteína, que aporta grasas buenas y fibra, y una serie de minerales, se pueden comer en ensaladas o como ‘snack’», aclara. Están invirtiendo en I+D a la espera de nuevas autorizaciones, y se quieren dedicar a la alimentación funcional, «trabajan en concentrados proteicos solubles para incorporarlos en bebibles, como yogures».

Salto a la universidad

Este interés por la producción industrial de insectos ha llegado también al mundo universitario. La Universidad Católica de Murcia (UCAM) y Entomo Agroindustrial han puesto en marcha la Cátedra de Investigación Universidad-Empresa de ‘Producción Industrial de Insectos y Economía Circular en la Gestión de Biorresiduos’. Su objetivo es fomentar la innovación empresarial, generar y divulgar conocimiento científico y crear programas formativos en el campo de la producción industrial de insectos con los que transformar residuos orgánicos biodegradables en compuestos que resulten de interés para sectores como la agricultura, la ganadería y la industria farmacéutica. «Los insectos son la gran alternativa para la alimentación. Pueden sustituir fuentes de proteína como la de soja y reducir la harina de pescado en la alimentación de los animales. Se espera que sume entre en el 10-15% de la dieta de los animales lo cual supone un impacto muy importante en los recursos marinos, deforestación…», explica José María Cayuela, vicedecano del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la UCAM. La nueva cátedra está dirigida por Diego Amores, CEO de Entomoagroindustrial. Y es que, desde la aulas y en las empresas, se está cocinando un menú revolucionario.

Mucho camino por recorrer

La Unión Europea autorizó el pasado mes de mayo por primera vez el consumo de un insecto como alimento, ya sea como ‘snack’ o como ingrediente para elaborar otros alimentos. Pero en el campo de la alimentación humana queda mucho por hacer. «Se trata de un tema de madurez y de aceptación que requerirá de su tiempo. Su mayor obstáculo es la cultura de consumo, mientras en Asia es habitual, en Europa resulta algo exótico», afirma Jordi Calbet, CEO de Iberinsect. «Creo que con el tiempo llegará, pero donde realmente es necesario es en la alimentación animal. Para humanos se pueden producir alimentos muy sanos, aunque queda mucho trabajo por delante», indica Adriana Casillas, CEO de Tebrio.

Source: Noticias

GrupoUnetcom