Los documentos apuntan al mejor amigo de Putin: Los negocios del "tío Volodia"


Como antiguo espía del KGB, Putin conoce bien la importancia de no dejar huella. Llegó incluso a utilizar apellido falso durante una temporada: Platov. No es por tanto de sorprender que, por una mínima higiene política, su nombre hoy no aparezca en ningún documento, ni en los «papeles de Panamá» ni en ningún otro título de propiedad más allá de los que hace oficial cada año el Kremlin: dos apartamentos, un garaje y cuatro coches, «todos de fabricación nacional», es decir, patriota además de austero. De lo que sí hay constancia es del enriquecimiento obsceno de su entorno: compañeros de judo, yernos, vecinos de dacha y, esta semana, su mejor amigo, el violonchelista Serguéi Rodulgin, padrino de una de sus hijas, que le conocen como «tío Volodia». Los «papeles de Panamá» implican a Rodulgin de forma directa: es el epicentro de la trama rusa, titular de tres cuentas en el país centroamericano que recibieron cientos de millones de euros de transacciones sospechosas, en buena parte procedentes de empresas de conocidos oligarcas. En contraste con otras amistades de Putin, Rodulgin se presenta como un simple músico y persona sencilla. «Hasta mi violoncelo es de segunda mano», suele decir. El perfil perfecto para un testaferro.

Source: The PPP Economy

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