"Las empresas de EE UU reconocen el crecimiento del empleado como un enriquecimiento directo para el negocio"


– ¿Cuál ha sido su formación académica?

– Me licencié como arquitecta en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en el 2015. También estudié un año en Chicago, becada por la universidad más importante de allí, el Illinois Institute of Technology (IIT), ya que siempre me ha atraído el tema energético desde un punto de vista arquitectónico. A mi regreso también me interesé por la restauración, donde los edificios patrimoniales se entienden como oportunidad de proyecto y no como una mera restauración formal.

– ¿Qué campos de la arquitectura le atrajeron más durante sus estudios?

– De la fusión de esos dos intereses nace mi forma de entender una de las principales funciones de la arquitectura contemporánea y que considero clave para el futuro de las ciudades: reciclar estructuras obsoletas o caídas en desuso y adaptarlas a las necesidades actuales haciéndolas más sostenibles. Con esta mentalidad y perspectiva desarrollé mi proyecto fin de carrera, que se centra en la rehabilitación energética de cascos históricos degradados como vía para su reactivación urbana.

– ¿Cómo surgió ir a trabajar a Nueva York?

– Fue en la primavera del 2016. Conocía la ciudad por programas de intercambio y como turista y quizás por ello la adaptación fue fácil. Aunque Nueva York no tiene nada que ver con el resto de Estados Unidos, el hecho de haber vivido en Chicago un año también contribuyó. Ya sabía qué esperar de la sociedad norteamericana; personas al principio muy abiertas a nivel personal, pero luego mucho más cerradas. Siempre digo que hacer un amigo norteamericano de verdad es muy difícil, pero una vez que pasas la barrera ya tienes un amigo de por vida

– ¿Se adapta bien a este entorno un carácter español?

– Necesitas apoyo. Al contrario que cuando estudiaba en el Illinois Institute of Technology, esta vez busqué, en ese plano personal, la calidez de culturas similares o de otros españoles en la misma situación que yo. La vida en esta ciudad va a otro ritmo, a veces es demasiado intensa.

– ¿Cuá fue tu experiencia laboral anterior?

– Mi paso por Chicago fue un estímulo para mi vida laboral ya que allí los estudiantes comienzan a trabajar desde una edad muy temprana. Así que desde que volví trabajé en prácticas en distintos estudios y empresas en Madrid, pasando por diferentes escalas de negocio y distintos grados de responsabilidad antes de acabar la carrera.

– Y ahora has conseguido pertenecer a una de las firmas de arquitectura más importantes de Estados Unidos…

– Afortunadamente ahora trabajo para HOK, extendida a escala global con sedes por toda norteamérica y también en Europa y Asia. Mi interés por esta empresa surgió durante un Career Fair, una especie de feria universitaria en la que las empresas acuden a las mejores universidades para dar a conocer su trabajo y entrevistar estudiantes para captar jóvenes con talento. Me interesé ya entonces por esta firma por su enfoque energético. Envié mi portfolio y, tras un largo proceso de entrevistas, fui seleccionada para unirme a su oficina en Nueva York.

– ¿Se puede considerar que trabajas fuera de España por necesidad, como la mayoría de los jóvenes españoles, o por deseo?

– Un poco por las dos cosas. En nuestro país nunca tuve problema para encontrar trabajo pero me ofrecían salarios ínfimos por jornadas laborales que superaban con creces las 8 horas diarias, y además por realizar trabajos poco acordes con mi formación. Se me ofertaba incluso trabajar sin contrato, o hacerme autónoma, falseando la realidad de un empleo por cuenta ajena, y otro tipo de fraudes, como apuntarme a algún master universitario para poder ser contratada como estudiante y “legalizar” así un menor salario.

– Muy frustrante, parece.

– Me resultaba muy triste ver lo poco que se valora la formación y el talento, y que ni un expediente académico exitoso, experiencia profesional o idiomas, fueran suficientes para merecer un contrato por

lo menos digno.

¿Qué aconsejarías a los estudiantes que se están pensando vivir en el extranjero?

– Atreverse sin miedos. Cualquier experiencia que nos fuerce a salir de la zona de confort es enriquecedora pues, además del mayor o menor interés del marco profesional, el crecimiento personal está garantizado. Es una buena forma de conocerse a uno mismo; aprendes a valerte de tus virtudes y te haces más consciente de tus puntos débiles. Al principio asusta, pero una vez adaptado resulta muy gratificante mirar atrás y ver cómo has superado los retos que hasta hacía poco parecían imposibles. Sobre todo, no hay que dejarse vencer por las complicaciones de los primeros momentos. Cuando llegas y estás solo en un lugar desconocido es difícil imaginar que dentro de poco sentirás que tu vida se encuentra ahí, que ya perteneces a ese lugar. Y cuando ocurre tal cosa es realmente una sensación maravillosa.

– ¿Cómo es tu día a día en HOK?

– En una empresa tan grande tienes que hacerte valer para destacar, así que cada día es un nuevo reto, lo que me encanta porque me sirve de estímulo constante. Quien se acomoda no avanza y se acaba quedando atrás. Yo recibo a proveedores de distintas compañías a dejar muestras y

a explicar los últimos avances. Existe así una formación constante, algo que para mí era primordial, especialmente ahora que me encuentro al inicio de mi carrera profesional. En mi caso, me relaciono con gente especializada en distintos campos que me permite absorber mucho más y te ayuda a detectar tus propios campos de interés. También en esta enorme compañía la voluntad de trabajo en equipo es fundamental. Se acaba trabajando en grupos reducidos, pero interdisciplinares, que se reúnen de forma constante para avanzar sincronizarse. Para mí siempre ha sido una de las claves en el desarrollo de proyectos ya que la aportación de distintas visiones desde un estadio inicial ayuda a tener un enfoque más global.

– ¿Cómo es el mercado laboral norteamericano?

– No se escatima en recursos y siempre trata de potenciar la formación del trabajador. Las empresas saben reconocer el crecimiento del empleado como un enriquecimiento directo para el negocio. Por ello, facilitan todo tipo de medios para fomentar el desarrollo profesional y apuestan por la juventud, ya que entienden que es el futuro de la empresa. En general se aprecia un enfoque mucho menos conservador. La realización del trabajador también es uno de los focos de atención de las empresas ya que subyace la filosofía de que un trabajador satisfecho trabaja mejor. En HOK hay revisiones anuales en las que el empleado expone a su superior sus inquietudes y preferencias profesionales, que en la medida de lo posible se tratará de satisfacer. A su vez, te ayudan a encaminar tu carrera profesional en una determinada dirección. En un principio atiendes todos los campos pero, llegado un punto, debes optar por una línea de especialización que puede ser más técnico, más creativo u orientado a la gestión de proyectos.

-¿Cómo ves tu futuro laboral en un plazo de tres años?

– Ahora mismo depende mucho de si consigo la renovación de mi visa. Losrequisitos de Estados Unidos para quedarte son muy exigentes. La cifra de visados expedidos anualmente está limitado a un número fijo que no cubre ni el 25% de las solicitudes. Yo voy a pedir, poniendo en valor mi formación y experiencia, un tipo de visa que valora el talento y la excelencia en un determinado campo profesional. Si la obtengo podré quedarme por 3 años más, en los que podría adquirir poco a poco más responsabilidad y un mejor estatus dentro de la empresa. Aquí sabes que si quieres puedes crecer. En caso contrario, de momento no me planteo volver a España, pero todavía no tengo pensada la alternativa..

– ¿Cómo te gustaría que fuera ese mañana si pudieras elegir?

– Que el día que vuelva a España de forma definitiva sea como una profesional acreditada y valorada, avalada por la experiencia que haya adquirido en Nueva York y, posiblemente, en otros lugares del mundo.

Source: The PPP Economy

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