"La misión del empresario es lograr resultados económicos y ayudar a que sus empleados crezcan como personas"


Los valores cristianos son importantes para gestionar una empresa. Al menos, ésa es la opinión de José María Simone, presidente mundial de la Federación de Empresarios y Dirigentes Cristianos (Uniapac). Pese a que los resultados económicos sean imprescindibles para su viabilidad, los empresarios y directivos no deben dejar de lado en ningún caso el desarrollo de sus empleados como personas. El respeto, la verdad y la justicia mejoran notablemente la eficiencia de los trabajadores, además de traducirse en beneficios para la compañía y en progresos para la sociedad en su conjunto.

– ¿Cuál debería ser la vocación de un líder empresarial?

– La de servir a los que le rodean. Su misión pasa por lograr que a, través del trabajo, sus empleados consigan crecer como personas. El Papa lo deja claro en su última encíclica. Así, no sólo haremos más y mejores negocios, sino que los que están con nosotros se desarrollarán humanamente.

– ¿Las personas como fin y no como medio?

– Efectivamente. No obstante, el objetivo principal de una empresa es el económico, porque sin resultados dejaría de existir. Y ése sería el peor de los problemas, ya que mucha gente se quedaría sin trabajo.

– Si tuviéramos que poner en una balanza el beneficio económico, por un lado, y el desarrollo personal de los empleados por otro…

– Hay que buscar el equilibrio, y no es sencillo. Si se genera una ganancia financiera pero no se mejoran las condiciones de los empleados, el resultado no se está manejando correctamente.

– ¿Pueden hacer los empresarios de este mundo un lugar mejor para vivir?

– Estoy convencido de que sí. Nuestro principal objetivo como empresarios debe ser generar trabajo, y ésa es nuestra mayor contribución para que la sociedad mejore. Pero el empresario trabaja, aunque a veces se considere que sólo dirige.

– ¿Cómo vencer la demonización del empresariado?

– Hay que entender que favorecen al desarrollo de la sociedad y a la creación de empleo. Los productos deben ser buenos y competitivos, y ayudar al bien común. El mero consumismo no mejora la calidad de vida de las personas. Se tiene que analizar lo que se hace, pensar en la vocación del líder empresarial para ver si lo que hacen contribuye al desarrollo de la sociedad.

–¿Ha sabido la Iglesia difundir la doctrina social en la empresa?

– No. Todavía hay gente que piensa que de implantarla no obtendrían resultados económicos. En cambio, cuando en las empresas se aplican los conceptos de respeto, honestidad y justicia, los empleados lo valoran y trabajan mucho mejor, por lo que son más eficientes en su día a día y mejoran los resultados de la empresa.

Source: The PPP Economy

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