"La empresa que no quiera vender on-line terminará muriendo"


Digitalizarse o morir. No hay más tutía. Las empresas que no acometan el proceso de transformación digital están condenadas a desaparecer. Y es que la tecnología, en la nueva era, se ha convertido en un auténtico salvavidas. Las pymes, motor de la economía española y protagonistas indiscutibles del tejido empresarial, afrontan uno de sus mayores retos: estar presentes a ambos lados de la pantalla para satisfacer las necesidades de un cliente cada día más exigente, permanentemente conectado y en busca de continuas experiencias. En LA RAZÓN se celebró una mesa redonda para analizar la situación actual que atraviesan las pequeñas y medianas empresas españolas y abordar las oportunidades de negocio que ofrecen las nuevas tecnologías.

Juan Luis Vidal, director corporativo de Pymes de Bankia, destacó las tres claves principales para la competitividad de las empresas: alcanzar un tamaño mínimo determinado, internacionalizarse y digitalizarse. Pese a que la innovación debería formar parte del ADN de las empresas en el siglo XXI, la inversión en esta partida cayó un 36% durante la crisis. Y el número de empresas que innovan se ha reducido un 54%. Vidal recordó que «los consumidores van por delante de las empresas». Y precisó que, aunque el 43% de los 22.600.000 internautas que hay en España han realizado alguna compra por la web, sólo el 15% de las pymes vende on-line.

Los bancos han vuelto a abrir sus grifos para regar los proyectos empresariales. El director corporativo de Pymes de Bankia aseguró que 2014 significó un giro en el acceso a la financiación de las empresas. No obstante, lamentó que la mitad de las nuevas micropymes desaparece a los dos años de su creación. Vidal afirmó que Bankia se volcará en ayudar a las pequeñas y medianas empresas a dar el salto al mundo digital, pero señaló que «el mundo virtual no sustituirá al físico».

El tamaño importa. Al menos, en cuanto a la productividad de las empresas se refiere. Cuanto más grandes, las compañías suelen ser más competitivas. Y de las 3.120.000 empresas que hay en España, 2.990.000 tienen menos de 10 trabajadores. Además de permitir mejorar los procesos, la tecnología incrementa la agilidad a la hora de tomar y ejecutar las decisiones. Miguel Garrido, secretario general de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), recordó que «España es un país de pymes», y que el pequeño tamaño es un obstáculo. «En 2014 la dimensión media de las empresas españolas era la mitad que la de las alemanas». Garrido sostuvo que un mayor tamaño se traduce en más productividad, así como en una capacidad de exportar más grande. Y remarcó que «innovar es cambiar. Muchas empresas se atrincheran, lo que constituye un problema».

Del mismo modo que existen incubadoras en los hospitales para atender a los recién nacidos en caso de emergencia, el secretario general de CEIM piensa que habría que proteger a las empresas durante los dos primeros años de vida. Recordó que siempre ha habido dificultades de financiación, y apostilló que «el actual es un momento de magníficas oportunidades para las empresas». Durante su intervención sugirió a los empresarios cambiar la mentalidad, debido a que «las empresas que no se adapten, desaparecerán», pero también defendió la necesidad de implementar fórmulas para compatibilizar la revolución tecnológica con la supervivencia del pequeño comercio.

Source: The PPP Economy

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