Internacionalización, la "segunda vida"


Oleo Almazora es una empresa oleica ubicada en el municipio almeriense de Pulpí. Se trata de una pequeña localidad costera, muy cerca de Murcia, en la que el sol de Andalucía y la brisa marina confieren a su aceite un sabor y un color sin parangón. Su gerente, José Sánchez, está convencido de la enorme calidad de su producto que, cuenta, además, con varios premios, algunos internacionales. Por ello, dada la saturación existente en el mercado español del aceite, no dudó en «liarse la manta a la cabeza», como suele decirse coloquialmente, y lanzarse a la aventura de la internacionalización. «Hasta ahora, nuestra única experiencia con el mercado internacional era la venta de aceite a granel a Italia. Pero dada la coyuntura actual, pensamos: ¿por qué no hacerlo nosostros mismo? Así, creamos la marca, Oleo Almanzora, y comenzamos a envasar y a etiquetar el aceite que producimos. Actualmente, vendemos en Francia, Alemania e Inglaterra, pero ya tenemos contactos para exportar nuestro producto a Estados Unidos, Suramérica, Emiratos Árabes o Singapur», explica José Sánchez. Para Oleo Almanzora, su decisión de hacer la maletas y explorar nuevos mercados ha supuesto una verdadera «segunda vida», que ha logrado que este microempresa familiar se plantee ya crecer para cubrir las demanda de sus nuevos clientes.

Faico es una compañía sevillana que desarrolla sistemas de visión artificial aplicados a distintos ámbitos. Así, por ejemplo, diseña para el sector agroalimetario equipos que detectan alimentos que no cumplen las especificaciones del cliente por color, nivel de maduración, o imperfecciones. En exteriores, desarrolla sistemas de videovigilancia inteligentes que proporcionan datos de cómo se mueven las personas en el área que se esté controlando, o los vehículos que están circulando. Su carácter tecnológico hace de la internacionalización una prioridad para Faico. Y es que, tal y como asegura su director, Marcos Prieto, el mundo global en el que nos encontramos provoca que la información llegue instantáneamente a cualquier rincón del mundo. «Hoy en día, la ubicación física no es prioritaria para poder dar a conocerte, ni tu mercado objetivo se debe restringir al mercado local. La tecnología se encuentra en cualquier sitio y lo que realmente importa es que las herramientas proporcionadas solvente los problemas que plantea el cliente», señala Prieto. Actualmente, Faico vende sus soluciones al mercado europeo, principalmente, y a algunos paíse Iberoamericanos, como México, Colombia o Chile. La experiencia de la internacionalización en el caso de esta compañía no ha podido ser mejor. Y es que pese a tratarse de una microempresa, su dimensión internacional le ha dado una visibilidad que difícilmente hubiera conseguido limitándose al ámbito nacional.

Source: The PPP Economy

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