Fernando Ruiz (Fundación Seres): «La RSE ya no es una cuestión tanto de retorno como de supervivencia»
Presidente de Deloitte en España desde junio de 2009, Fernando Ruiz asumió la presidencia de Fundación Seres el pasado junio, en sustitución de Francisco Román. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, fue miembro del Comité de dirección mundial de la industria de Servicios Financieros.
Su experiencia en la formación y asesoramiento a entidades públicas y privadas se ha proyectado, además, en su desempeño en instituciones como la Fundación Cotec, la APD (Asociación para el Progreso de la Dirección), la Asociación Profesional del Registro de Economistas Auditores y del Registro Oficial de Auditores de Cuentas, el Colegio de Economistas y el Club de Gestión de Riesgos. Todo un aporte de enfoques para trabajar en el desarrollo de la RSE
¿Cuál es el contexto y rol de la empresa en materia de compromiso social? ¿Hasta qué punto se puede llegar a avanzar en este sentido?
Hasta hace unos años, no era un asunto tan presente entre las prioridades de la dirección de las empresas. La pandemia ha supuesto un salto cualitativo en el compromiso social, que ha demandado una acción relevante por parte de todos los actores y las empresas han realizado un gran esfuerzo en este sentido. Por otro lado, la propia sociedad ha demandado este compromiso de forma permanente (ha llegado para quedarse). La asunción por parte de las empresas del compromiso social y sus estrategias está cada vez más patente en la agenda de los empresarios.
¿Considera que la implantación de la RSE progresa adecuadamente?
Lo está haciendo y tiene que hacerlo. Hoy en día, no se puede considerar la actividad de ninguna empresa sin tener en cuenta los efectos que tiene en todo su entorno. No es una cuestión tanto de retorno como de supervivencia, pues es una demanda por parte de toda la sociedad. Si no se tiene esto en cuenta te quedas fuera de juego. En la medida en que la acción social de la empresa genere un efecto positivo en la sociedad produce un círculo virtuoso que retorna a la empresa con mayores ventas y mejora de la reputación.
Uno de los asuntos sobre los que trabaja Fundación Seres es el del liderazgo responsable… ¿Cómo es el líder responsable?
La exigencia por parte de la sociedad hacia las empresas se extiende hacia sus líderes. La única forma eficaz de liderar es con el ejemplo. No se concibe un líder que no sea socialmente responsable, en la sociedad en general y en la empresa en particular. Lo hemos vivido en primera persona en los ‘LíderesResponsables’ de Seres: diálogos de los principales líderes de las empresas españolas sobre, primero, la crisis sanitaria y después, la reconstrucción social y económica. Ese espacio sigue vivo y ya contamos con un grupo de líderes que se suman a este movimiento que busca impulsar la «ese», dentro de los criterios ESG, y que persigue un crecimiento económico con el impacto social en el centro. Hemos contado con más de 50 líderes en alrededor de una treintena de sesiones.
¿Hasta qué punto es importante la Agenda 2030 como objetivo y referencia?
Desde hace varios años, todo lo que conlleva la Agenda 2030 ha pasado de ser un aspecto tangencial que había que tener en cuenta en la estrategia empresarial a ser el aspecto central, alrededor del que hay que construir la estrategia de la empresa. Por ello, es importante disponer de mecanismos de medición para medir el impacto y poder comunicarlo a la sociedad. En ese sentido, Seres cuenta con un modelo de medición del impacto centrado en lo social (Índice Seres de la Huella Social©) que permitirá identificar oportunidades para las empresas, así como entender y cualificar ámbitos clave relacionados con lo social en medio del Plan de Recuperación proyectado por la UE.
«Hay que contar con mecanismos de medición para comunicar los resultados a la sociedad»
¿Qué vectores se tienen en cuenta en estos estudios?
Este análisis contempla varios ejes como capital humano, capital social, modelo de negocio e innovación y liderazgo y gobernanza y pretende aportar claridad y rigor a la medición del impacto de los retos sociales, que actualmente no cuenta con una estandarización.
¿Cuál es la relevancia de una organización como Seres en un contexto socioeconómico como el actual?
Seres nació con la vocación de unir lo social con lo económico, y la realidad actual ha puesto de manifiesto lo acertado del objetivo fundacional. Ha puesto de actualidad la necesidad de afrontar el reto de la transformación de las empresas a la hora de asumir su posición frente a los problemas sociales. El objetivo de la fundación es garantizar la visión estratégica de los proyectos y posicionar las actuaciones sociales como iniciativas clave para las organizaciones, capaces de ofrecer valor para la empresa y para la sociedad.
¿Y cuál es la importancia de la formación para poder implementar la responsabilidad social en la empresa? ¿Cómo se «aprende» en universidades, escuelas de negocios, etc.?
Tenemos alianzas con las mejores escuelas de negocios. Hay cada vez más programas específicos, pero hay que pasarlo a los MBAs y a los programas de directivos. Igual que forma parte de las estrategias de las compañías, la responsabilidad social tiene que estar en los programas que formen a los mejores directivos, para que estos asuntos sean tan relevantes como los propios de las finanzas.
¿Considera que el personal de las compañías es del todo consciente de la importancia de la responsabilidad social?
Como parte de la sociedad, están concienciados de la importancia del impacto social. Y así lo pone de manifiesto el informe anual del impacto social de las empresas que elabora la Fundación Seres con Deloitte: la participación de empleados en los proyectos sociales es cada vez es más importante. Los últimos datos muestran que el 80% de las empresas analizadas ofrece programas internos de voluntariado corporativo, un aumento del 22% con relación al 2018. En términos generales, el 87% de las compañías involucra a sus empleados en sus actuaciones de RSE, mientras que el 76% realiza actividades de RSE a nivel internacional.
Un radar para la actuación global