El imparable crecimiento de las franquicias


Tras un año 2015 de récord en redes, establecimientos, ventas y empleos, las franquicias dicen adiós a la crisis y ponen sus esfuerzos en consolidar y acelerar su expansión, no sólo dentro, sino también fuera del país. Es el panorama que refleja el reciente informe «La franquicia en España 2016», elaborado por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF) en colaboración con el Grupo Cooperativo Cajamar. Precisamente, la próxima semana se celebra en Ifema (Madrid) Expofranquicias, la gran cita internacional del sector.

El número de enseñas operativas en España alcanzó el año pasado las 1.232 franquicias, la cifra más alta de la historia. En comparación con 2014, el aumento ha sido del 2,7%. Pero no se trata de un dato positivo aislado, sino que da continuidad al crecimiento imparable que se viene registrando desde 2005, sin un solo altibajo, ni en los peores momentos de la crisis. Tomando como referencia el año 2008, las redes franquiciadoras han acumulado un crecimiento del 40,8%.

También ha sido un año histórico en el número de establecimientos de las cadenas, que crecieron un 3%, hasta llegar a los 65.810, de los que casi el 30% son establecimientos propios y el 70% restante corresponde a franquiciados. No obstante, su evolución a lo largo de la crisis no ha sido tan positiva, puesto que la cifra bajó en el periodo 2008-2010 y de nuevo en 2013. Esa es la razón por la que el crecimiento acumulado con respecto al inicio de la crisis se limita al 12,9%, con mayor intensidad en los locales propios (49,1% más) que en los franquiciados (2,3% más). Algo similar ha ocurrido con el empleo, que ha vivido varios altibajos. Ahora, tras dos años en positivo (un 2% más en 2015), se sitúa en 253.913 trabajadores, lo cual supone un incremento acumulado del 7,6% con respecto al principio de la crisis. Pero resulta significativo que esa subida se haya sostenido en la contratación realizada por los establecimientos propios de las cadenas, que cuentan con un 37,1% más de trabajadores, en contraste con las tiendas franquiciadas, que tienen todavía un 4% menos de empleados que al inicio de la crisis.

La facturación es el capítulo que menos ha avanzado en este tiempo. Retrocedió al compás de las dos fases de recesión, pero gracias al impulso registrado en 2015, con una subida del 2,3%, las ventas se han elevado hasta casi alcanzar los 26.500 millones de euros, que superan en un 1,8% a la facturación 2008.

El hecho de que las franquicias no sólo hayan recuperado sino que incluso superado las grandes cifras previas a la crisis da una idea de la fortaleza de la franquicia como modelo de negocio y de su capacidad para adaptarse a las dificultades, al menos en general. «La franquicia es un buen elemento para que funcione un negocio con la experiencia de un franquiciador y apoyado por éste», asegura el presidente de la AEF, Xavier Vallhonrat, pero a renglón seguido añade que el modelo «no puede parar una debacle como la que se dio en el sector inmobiliario». Como explica Vallhonrat, el sistema no ha podido evitar que la crisis golpeara duramente a algunos sectores, como las agencias inmobiliarias o los servicios de intermediación financiera. Pero la caída de esos sectores se vio compensada por el avance de otros, como el de belleza y estética, que al necesitar inversiones relativamente pequeñas, de entre 15.000 y 40.000 euros, «ha crecido fuerte y ha compensado las bajas».

¿Y cómo se las han apañado las franquicias para sortear la crisis? Según el presidente de la AEF, «lo que ha hecho la mayoría ha sido ayudar al franquiciado, con alguna excepción en el cobro de ‘‘royalties’’, y en el caso de los franquiciados se han buscado modelos más pequeños. A lo mejor un restaurante que te pedía 200 metros cuadrados para instalarte ha creado un concepto que con 80 ó 90 metros también funcionaba. Ha habido colaboración entre franquiciador y franquiciado. Y también ha habido nuevos franquiciadores porque han pensado que en la franquicia podían encontrar una buena solución a problemas de crecimiento que podían tener».

Superada ya la recesión y con el viento a favor, el sistema de franquicias intenta seguir avanzando en todos los sectores. Dentro de los tradicionales, como la alimentación, se está notando el empuje de las cadenas de supermercados, como Día, Carrefour… «Luego en otros sectores hay evoluciones. Por ejemplo, en el de tintorerías ha aparecido con fuerza el modelo de lavandería de autoservicio», apunta Vallhonrat.

También se empieza a notar la reactivación de los sectores más afectados por la crisis, aunque éstos todavía se encuentran «a unos niveles que están lejos del año 2008», apunta el presidente de la AEF, que pone ejemplos: «En el sector inmobiliario hay marcas que han resistido, como pueden ser Don Piso o Tecnocasa. Uno tenía más de 300 franquicias y otro casi 1.200, pero en este momento uno tiene unas 90 y otro tiene más de 300, con lo cual los niveles en los que se están defendiendo ahora son mucho más bajos que los que había en 2008. Pero aun así, hay crecimiento en este sector».

Tras la reestructuración forzosa del sector, las agencias inmobiliarias ocupan hoy un puesto intermedio en la clasificación de sectores. Según la radiografía que recoge en el informe, a la cabeza se encuentra la alimentación, que acapara mayor número de establecimientos (18% del total), facturación (38%) y personal (25%). Por detrás, hostelería y moda. Los datos del informe también reflejan que España es un mercado de interés para las franquicias extranjeras. En la actualidad hay 218 enseñas, que representan el 17,7% del total, procedentes de 28 países.

Source: The PPP Economy

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