El comercio global se estanca


Mientras la globalización derribaba fronteras, el comercio mundial aceleraba con fuerza. Los cargueros estaban a rebosar. Barcos, aviones, trenes y demás transportes de mercancías no dejaban de faenar. Pero la actividad se ha detenido. De avanzar a ritmos superiores al 12% a frenarse en seco y, prácticamente, estancarse. Aunque en el horizonte se atisba algún que otro motivo para consolarse. La Organización Mundial del Comercio (OMC) rebajó su previsión de crecimiento al 2,8% en 2015, debido a la ralentización de las importaciones de países como Brasil y China y al desplome de los precios de las materias primas. Para este año estima que, como máximo, crecerá un 3,9%. La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) no esconde su preocupación. Si las proyecciones se concretan, el pasado año fue el cuarto ejercicio consecutivo en el que el comercio anual cayera por debajo del 3% y el tercero en el que creciera casi al mismo ritmo que el PIB, cuando en los 90 lo hacía el doble de rápido. La OCDE advierte que la expansión del comercio apenas alcanzaría el 2% en 2015, la tasa más baja de la última década. Sólo en cinco de los últimos 50 años se ha registrado un crecimiento similar o inferior.

El pasado año fue el peor ejercicio para el comercio desde la crisis financiera global, y los datos despiertan a los fantasmas que atemorizan sobre una nueva recesión. Más allá de la ralentización del gigante asiático y del debilitamiento de los mercados emergentes, existen otros frenos a la actividad comercial. Si bien en pleno apogeo del consumismo, los chinos, por ejemplo, fabricaban productos que los españoles consumíamos y, por tanto, el comercio era muy intenso, las ganancias de productividad de los países desarrollados provocan que se vuelva a fabricar donde más consumo hay, lo que reduce los intercambios. Además, cada vez se consumen más servicios, que no están tan sometidos a las ventas transfronterizas. Nos encaminamos hacia una economía menos basada en manufacturas, y esta tendencia influirá para que el comercio no sea tan intensivo. No obstante, el intento de China de transitar hacia un modelo económico más centrado en el consumo interno que en las ventas al exterior aumentará sus importaciones y, por ende, avivará el comercio mundial.

Source: The PPP Economy

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