
La Troika exige a Grecia un ajuste extra de 1.800 millones en dos años
El fantasma de la salida de Grecia de la moneda única vuelve a cernirse sobre la zona euro. El ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, viajó ayer a la capital comunitaria para formar parte de una reunión de urgencia con los acreedores internacionales del país, después de dos días de infarto en los mercados financieros. Los frentes son muchos y dispares, y en la capital comunitaria se reconoce la necesidad de no abrir una nueva crisis antes de la celebración de las elecciones holandesas del 15 de marzo en un momento en el que los sondeos apuntan al candidato ultraderechista Geert Wilders como vencedor. En este contexto, los acredores internacionales de Grecia solicitan al país heleno recortes por valor de 1.800 millones de euros hasta 2018, además de otros 1.800 millones adicionales más adelante, según Reuters.
El propósito es dejar la situación encarrilada en la próxima reunión de los ministros de la zona euro del día 20 de febrero, aunque la Troika tiene previsto viajar a Grecia la próxima semana. Como punto de acercamiento, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, abrió ayer la puerta a un objetivo fiscal menos severo para Atenas en el año 2018 a cambio de que el país siga realizando recortes y reformas en sus sistema de pensiones y tributario. Un pequeño paso que, sin embargo, deja en el aire la madre de todas las batallas: un aligeramiento de la deuda griega que podría conllevar pérdidas para los gobiernos europeos y que el FMI ve inexorable. El ministro de finanzas germano, German Schaüble, volvió a recordar esta semana que la única reestructuración posible para la deuda griega es fuera de la moneda única.
La situación para el Gobierno de Syriza tampoco es fácil. Aceptar nuevos recortes en capas de población especialmente sensibles como los jubilados o las familias con menos ingresos, aunque fuera a cambio de una meta fiscal más laxa, podría conllevar una nueva crisis de Gobierno y la convocatoria anticipada de elecciones cuando el partido conservación de Nueva Democracia lidera las encuestas. Un escenario ya vivido -como si la zona euro se encontrara ante una maldición de eterno retorno- pero que ahora tiene visos de repetirse en medio de la mayor crisis de credibilidad política de los líderes europeos.
Source: The PPP Economy