Las nuevas oficinas: espacios flexibles para trabajadores nómadas
La nueva realidad laboral, con un creciente uso de las tecnologías, obligará a reinventar los espacios de trabajo con la flexibilidad y la movilidad como claves, según apuntan los expertos en el análisis del profesional del futuro y sus «lugares» de desarrollo. Informa Nuria Cano/Efe.
«El trabajo ha dejado de ser el lugar donde voy, la tecnología ha acabado con esa máxima», explica a Efe Francisco Vázquez, presidente de 3g office, empresa especializada en consultoría y diseño de espacios corporativos y organizadora de una serie de conferencias sobre esta temática que reunió este mes en la sede madrileña de Endesa a más de 400 personas.
«El 50 % de los puestos actuales está vacío. Hay que adaptar los espacios a cómo se trabaja ahora. La gente es móvil y muchas empresas parece que ni se han enterado», añade Vázquez, para quien los nuevos lugares de trabajo no pasan por un modelo «estándar».
«Hay que hacer trajes a medida de cada empresa contando con los empleados (…) no es cuestión, por ejemplo, de llevar el concepto de planta abierta y despachos de cristal a todas las compañías. Se debe pensar en un abanico de opciones, como en una carta de un restaurante, e ir poniéndolo en marcha», explica.
En Endesa -que inauguró en enero un nuevo espacio de coworking o trabajo colaborativo- ya están experimentado algunos de esos cambios. En su Open Power Space trabajan unos 1.000 usuarios al mes, un lugar que «promueve la cooperación y los procesos creativos, y facilita el desarrollo de proyectos con socios y colaboradores», subrayan desde la eléctrica.
Pero, ¿cómo es eso en la práctica? El espacio de Endesa, con una superficie de 360 metros cuadrados, combina espacios más amplios para conferencias con mesas de trabajo comunes, zonas de reuniones cerradas o «cabinas» para poder mantener conferencias.
Otro ejemplo de innovación en este campo ha sido el proyecto de Cepsa con su cambio de sede. En sus nuevas oficinas se han incorporado muchas novedades que, destacan desde la petrolera, han llevado a «una mayor interacción y colaboración entre las áreas y a unas relaciones de los equipos con sus jefes y superiores más cercana y con mayor transparencia».
Entre las innovaciones de la energética está el concepto de «mesas limpias» -con un equipo estándar para cada uno de los 2.000 puestos de trabajo que hay en la torre-, la ausencia de despachos o la existencia de nuevos espacios para el trabajo común como las Salas Ágora, sitios informales de colaboración, en formato de gradas.
Espacios que la experta Raquel Roca definió como el trabajador tipo en 2020: 100 % digitalizado, trabajando de forma nómada y por proyecto; creativo, innovador, imaginativo, colaborativo, independiente y autodidacta.
«La gran diferencia es su capacidad para adaptarse al cambio. Es un profesional de alto potencial, que en 2020 supondrá el 45 % de la fuerza laboral», resumió Roca.
Pero queda mucho por hacer, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas, coinciden los expertos. Y entre los motivos están el miedo a los procesos de transformación, las barreras -culturales o de estatus- o la falta de información.
La clave, concluyen desde 3g office, pasa por poner en el centro las necesidades del trabajador: horarios flexibles, reuniones virtuales, espacios donde tener privacidad o donde poder concentrarse, poder de decisión. Y en esforzarse por hacer un uso óptimo y eficiente de un bien como el espacio en un entorno marcado la movilidad.
«Se necesitan trabajadores que puedan compartir experiencias para construir una cultura común», subrayan desde esta empresa que, tras pasar por Madrid, ha llevado su foro (WPC) este mismo mes a México y pasará por Argentina, Chile y Uruguay durante junio. EFECOM
nca/prb
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Source: The PPP Economy