Cañete, Begoña y los fondos europeos
Antoni Cañete es un hombre ambicioso. Criado a la sombra de Josep González i Sala, histórico presidente de Pimec -la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa que Jordi Pujol mimó durante décadas y que participó en todos los tinglados de Puigdemont-, Cañete adquirió un perfil propio con la Plataforma Contra la Morosidad, nacida tras la crisis de 2008. Su activismo contra una lacra que perjudica mucho a la pyme, lo hizo conocido en el mundo gremial.
En noviembre de 2018, el catalán Juan Rosell cedió el mando de CEOE al vasco Antonio Garamendi, quien lo había escoltado como vicepresidente desde Cepyme, la organización más representativa de las pymes, integrada en la gran patronal desde 1980. Justo un mes antes, Cañete y González participaron en un intento de desbaratar la hegemonía de Cepyme creando Plataforma Pymes. Al frente designaron al constructor aragonés José Luis Roca. Su proyecto no prendió.
En medio de la pandemia, González, con 75 años, propuso a Cañete como sucesor, pero se encontraron con el súbito apetito por controlar su organización de la Asamblea Nacional Catalana. Un clásico: tribu separatista devorando a la tribu nacionalista de los abuelos o a la tribu de independentistas de café de sus papás. Cañete defendió el fuerte y en febrero de 2021 ganó las elecciones. «Nuestra candidatura denunció que instituciones como Pimec deben tener sus procesos democráticos sin injerencias políticas», explicó. «Si alguien viene con un fin diferente y la quiere instrumentalizar, se pervierte la función que tiene. Y el mundo económico no quiere que se politicen sus instituciones».
Cañete, sin embargo, no ha titubeado en encargar a la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, el lanzamiento nacional de Conpymes, la nueva marca de Plataforma Pymes. Gómez defendió el derecho de las pymes a acceder a los fondos europeos y discutió algunos de los criterios para asignarlos. En el acto también estuvo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La presencia de ambas se interpretó como un intento de socavar la representatividad de Cepyme y CEOE en medio del diálogo social. El acto fue organizado por la empresa de comunicación Atrevia, cuya presidenta, Núria Vilanova, mató dos pájaros de un tiro, ya que es amiga de Begoña Gómez y ésta arrastró a Díaz, que comentó a varias personas que sólo acudió al evento por amistad con la esposa de su jefe (el presidente del Gobierno).
A Cepyme le avisaron de esta operación hace unos diez días, pero su presidente, Gerardo Cuerva, pensó que eran habladurías para indisponerlo en medio del diálogo social.
Todo indica que este movimiento busca aprovecharse de una operación mayor en torno a los fondos europeos, donde los elegidos serán aquellos que se sitúen en la intersección de las simpatías que desarrollen ERC y el PSC, por un lado, y Sánchez por otro. Un espacio al que está cordialmente invitado el pujolismo que se aparte de Puigdemont. jmuller@abc.es
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