La arriesgada inversión de la guerra


La cara menos conocida de los conflictos internacionales son sus millonarios costes económicos. Los efectos de la guerra alcanzan tanto a las infraestructuras, como a la industria y al potencial de crecimiento de las regiones afectadas. El Banco Mundial, en su último informe MENA sobre el crecimiento económico en el medio Oriente y el norte de África, calcula el impacto en cifras que suponen los conflictos armados en estas zonas. En primer lugar se encuentra Siria, una de las regiones más devastadas por los enfrentamientos. Según las estimaciones, recuperar las infraestructuras dañadas supondría un coste de aproximadamente 178 billones de euros, y hasta diez años de intenso trabajo. Otro de los factores más afectados en este tipo de situaciones son las inversiones. Desde 2014, se calcula que la fuga de capitales en Siria asciende a más de 62 billones de euros, lo que ha generado la parálisis de las finanzas del país. Además, los conflictos no sólo contraen la economía de la región afectada, sino que también menoscaban el potencial de crecimiento de las zonas colindantes. El Banco Mundial prevé que el coste de la guerra en Siria para Egipto, Jordania, Líbano, Turquía e Irak podría llegar a superar los 31 billones, el equivalente al PIB sirio en 2007.

En la misma línea, las perdidas relativas a estos conflictos se extienden a todos los ámbitos de la sociedad. El sector de la vivienda en Siria ha perdido un 65% de su actividad desde 2014, recuperar las estructuras del sector energético supondrá un desembolso cercano a los 703 billones de euros, y los daños al sector sanitario ascienden a los 220 billones. Otro de los grandes problemas para los países vecinos es la avalancha de refugiados que huyen de la situación actual en Siria. Para Jordania, la acogida de miles de personas supone un coste de 2,2 billones cada año, lo que supone un 6% de su Producto Interior Bruto.

Source: The PPP Economy

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