Zigor apuesta por soluciones a medida del cliente en su nueva etapa
La empresa vasca, fundada en 1998, ha vivido momentos difíciles que le obligaron a entrar en concurso de acreedores durante la crisis. En 2014, ZGR International adquirió el 82,5% de su capital. El cambio que ha experimentado Zigor se simboliza en su nuevo logo y manual de imagen corporativa. Pero tras esta punta, hay todo un iceberg de transformaciones profundas y ambiciosas que la colocan en la rampa de salida para llevar a cabo una expansión más ambiciosa fuera de nuestras fronteras, que ya está planificada.
Sus tres principales áreas de negocio son: energía, a través de la que aporta soluciones con base fotovoltaica tanto para plantas de generación como para sistemas aislados produciendo o hibridizando esta fuente con otras como la propia red, grupos electrógenos o sistema eólico combinándolos con estructuras de almacenamiento; infraestructura eléctrica de transmisión y distribución para la que provee de equipos que aseguran el suministro energético de sus diferentes componentes, desde los dispuestos en subestaciones hasta los contadores inteligentes allá donde se encuentre el consumo, e industria para la que ofrece soluciones que garantizan un abastecimiento eléctrico de calidad que evita paradas de procesos productivos críticos y, por tanto, los elevados costes que generan. Adicionalmente, gracias a su capacidad de diseñar equipos para aplicaciones especiales, «estamos adentrándonos en el sector de la industria pesada y el oil & gas con dotaciones de alta potencia en media tensión que garantizan la calidad del suministro eléctrico en procesos vinculados con la industria extractiva», explica el director ejecutivo de la empresa, Íñigo Segura.
Zigor cuenta en España con instalaciones y oficinas en tres ciudades, dos en el País Vasco y una en Madrid. En ésta se encuentra la Unidad de Desarrollo de Negocio, mientras que en Vitoria están la sede central; la Unidad de Operaciones, que dispone de 7.000 m2 y gran capacidad de producción, y la Unidad de Innovación. De este departamento depende su laboratorio de I+D , ubicado en San Sebastián, «donde realizamos los desarrollos conceptuales de nuevos productos, así como las revisiones de los que ahora comercializamos» y donde «se practican simulaciones de diferentes tipologías y sistemas de control con muy escaso desarrollo »hardware»», precisa Íñigo Segura. También dispone de delegaciones en Colombia, México y China.
La conversión de Zigor, encabezada por su CEO, «aún no ha concluido y no esperamos que termine hasta finales de 2018». «En términos generales se trataba de mutar una empresa enfocada a la venta de productos, con un I+D dirigido al desarrollo de tecnologías muy lejanas de su aplicación y con una presencia exterior débil y poco alineada con la estrategia de la compañía, en otra que pone en valor su conocimiento de electrónica de potencia y control para abordar proyectos de mayor dimensión y valor añadido con un peso mayor de la innovación», agrega.
Modernización de la empresa
Ha supuesto también una reorganización interna, «un ajuste de la asignación de funciones y responsabilidades y la incorporación de nuevos perfiles, una potenciación de áreas que no estaban suficientemente desplegadas, una reorientación de la inversión, la reestructuración accionarial de las filiales y, en algún caso, de sus plantillas».
¿En que se diferencia la Zigor de hoy de la de hace cuatro o cinco años? Ha cambiado «su enfoque comercial, orientado anteriormente a la venta directa mediante una estructura basada en líneas de producto», relata su primer directivo. Actualmente, prosigue, «conectamos con el mercado a través de una estructura orientada al desarrollo de negocio basada en sectores y clientes, lo que nos permite entender mejor sus necesidades, abordar soluciones con mayor valor añadido y dimensión, y aprovechar las oportunidades que surjan de un mayor conocimiento de los mercados a los que se dirige». Además, «la reorientación de la actividad de I+D hacia la innovación permite avivar la dinámica de lanzamiento de mejoras de producto y otros nuevos, así como acometer proyectos de mayor envergadura que los que tradicionalmente se venían acometiendo, no tanto por su volumen como por su complejidad». Además, subraya, «una estrategia de inversión en stock y productos semiterminados permite ahora reducir riesgos de suministro, optimizar el uso de la capacidad productiva mejorando los costes de fabricación y reducir los plazos de entrega en aquellos en los que son un factor competitivo relevante».
Source: The PPP Economy