Una retirada suave de estímulos, el primer reto de De Guindos en el BCE


Los líderes de la Unión Europea (UE) ratificaron este misa semana a Luis de Guindos como nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), donde sustituirá al portugués Vítor Constâncio a partir del 1 de junio. Al ya ex ministro español le avalan el pilotaje que hizo de la reestructuración de nuestro sistema financiero y su contribución a la recuperación de la economía. Pero ahora se enfrentará a varios desafíos de envergadura desde su despacho en Fráncfort.

De Guindos se convertirá en el escudero del presidente, Mario Draghi, y tendrá una gran visibilidad, ya que le respaldará en las ruedas de prensa que se celebran tras los consejos de gobierno cada seis semanas para anunciar –y defender– las decisiones que vaya tomando el BCE. Su agenda será enrevesada, de esas que echan humo, dado que recorrerá diversas instituciones, impartirá conferencias, asistirá a múltiples reuniones, dará voz a la opinión del BCE sobre los temas importantes del momento… Y es que el vicepresidente, junto con el presidente, forma parte de los tres órganos de Gobierno: Comité Ejecutivo, Consejo de Gobierno y Consejo General.

Guindos llega a la cúpula del BCE en una etapa turbulenta para la estabilidad de la economía europea, una etapa que marca el final de una era que no acaba de terminar. Su principal desafío pasará por liderar la transición hacia el fin de los estímulos y la subida de los tipos de interés, por salir de la política monetaria expansiva sin provocar daños en el mercado.

Desafíos

Sin embargo, detrás de los manguerazos de Draghi podría avivarse algún fuego , cuyas cenizas aún se mantienen vivas. Por ello, el futuro vicepresidente ya ha mostrado su apoyo para adaptar la retirada de los estímulos a la recuperación europea. Pero los retos de la política monetaria, donde el español entrará de lleno, son múltiples y serios.

A las compras de activos (QE) les queda un telediario. Y después de que las expectativas de crecimiento se hayan elevado una décima –hasta el 2,4%– caben pocas dudas en torno a la entrada de Europa en una fase expansiva. No obstante, el BCE prevé que el IPC se sitúe en el 1,4%, cuando el objetivo es que alcance el 2%, por lo que Draghi sostiene que aún existe la necesidad de mantener una política acomodaticia. De esta manera, el BCE seguirá comprando 30.000 millones de euros al mes –como mínimo– hasta septiembre y no subirá los tipos de interés hasta el próximo año.

Pues bien, revertir una situación de exceso de liquidez tan grande como la actual exige de unos banqueros centrales independientes e inquebrantables frente al poder político, y obliga a que su único mandato sea asegurar la estabilidad del valor del dinero, «cosa que no ocurre ahora». Y el economista Javier Santacruz apunta que De Guindos se encontrará con los frenos del propio Draghi, cuyo mandato vence en 2019.

Santacruz sugiere al exministro anunciar, en primer lugar, un plan creíble a largo plazo de reducción del enorme exceso de liquidez existente, «superior al billón de euros diarios en el eurosistema». Y para ello, agrega, habría que reducir a cero el volumen de compras de bonos públicos y privados y, al mismo tiempo, disminuir las cantidades que semanalmente subasta a un precio mayor. El economista explica que es aquí donde comienza la subida del tipo de interés oficial, que se traslada al mercado interbancario y, posteriormente, al monetario. En segundo lugar, revela que las tasas de interés irían subiendo y reflejando la verdadera situación de riesgo y liquidez existente en el mercado, pero de forma gradual, porque una retirada de golpe tendría efectos negativos a corto plazo, entre los que destacan la desconfianza, el riesgo de liquidez, las subidas aceleradas de la rentabilidad de los bonos públicos… Finalmente, Santacruz destaca que el BCE deberá acometer una venta gradual de su enorme cartera de bonos. En este sentido, la labor que ha de realizar por el ya ex ministro español pasa por aportar una visión de economía real, de experiencia en puestos donde ha tenido que lidiar con crisis bancarias, problemas macroeconómicos y necesidades de liquidez. «De Guindos en su anterior vida privada fue defensor de las reglas y la credibilidad de la política monetaria, y ello le servirá en este momento para explicar por qué el dinero no debe crecer más que la economía en tasa nominal o por qué es necesario que los bancos centrales intervengan lo justo en el funcionamiento de una economía, salvo en momentos extremos como los vividos a partir de septiembre de 2008», apostilla Santacruz.

Mediterráneos Vs Alemania

Por otra parte, y en cuanto a las principales funciones que debe cumplir De Guindos en su nuevo cargo, Juan Fernando Robles, profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF), remarca que debe conjugar los intereses de España y, en general, de los países mediterráneos con las posiciones más estrictas de los países de influencia germánica.

Robles también recomienda realizar el tránsito con suavidad, así como subir los intereses y aligerar el balance del BCE paulatinamente, en aras de no suscitar distorsiones en el mercado de renta fija. «De Guindos representará la postura española y de otros países periféricos, con igualdad de intereses. Y, según evolucionen los precios, tenderá a que el aterrizaje de la política monetaria sea previsiblemente más suave de lo que pretenderían países como Alemania y otros de centroeuropa», añade.

Además, el futuro vicepresidente tendrá que trabajar en la adaptación total de la banca europea a los requisitos exigidos por Basilea III, que entrará en vigor el próximo año. Y, para más inri, el 2 de noviembre se conocerán los resultados del nuevo examen de estrés, y «es probable que se vuelvan a detectar agujeros en las cuentas de algunas entidades». Por tanto, detalla Santacruz, podría presentarse un requerimiento adicional de saneamiento financiero. De ahí, la necesidad de contar con un colchón de liquidez y con un mensaje de prudencia para mantener la estabilidad y no originar «pánicos innecesarios y contraproducentes a medio plazo».

Impacto en España

La llegada de De Guindos a Fráncfort no sólo hará volver a España al Consejo Ejecutivo, sino que permitirá que nuestro país recupere protagonismo en las instituciones comunitarias. En teoría, ningún país debería beneficiarse de este tipo de nombramientos, pero en la práctica «sabemos que no es así». Y Santacruz expone que según estén repartidas las sillas entre los dos bloques –los países próximos a Alemania y los cercanos a Francia–, la política monetaria puede tener un sesgo más ortodoxo (a la alemana) o más laxo (a la francesa). «España se sitúa casi siempre en el lado francés», puntualiza.

Robles subraya que el de De Guindos es el cargo de mayor influencia al que puede aspirar España en el BCE. Al margen de señalar la responsabilidad del exministro sobre las políticas macroprudenciales y la relación con la gran banca y las normativas que se aplican de solvencia, recuerda que otorga a nuestro país doble voto en muchas ocasiones.

Así, Robles piensa que el hecho de que un español sea vicepresidente del BCE es importante para nuestra economía, porque aumenta la influencia española en las decisiones de forma sustancial. Y aunque aclara que no es un cargo determinante en sí mismo, asegura que «incrementa el prestigio de España y nuestra visibilidad exterior, y debe ser un paso más para conseguir mejor representación en todas las instituciones europeas».

Source: The PPP Economy

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