Un prejubilado independentista se perfila para liderar UGT


El miércoles empieza el Congreso Confederal de la UGT que elegirá el sustituto de Cándido Méndez. El secretario general del sindicato adelantó el congreso un año asediado por una situación económica difícil, por los escándalos de Andalucía, por un descenso de la afiliación sindical y por su incapacidad para liderar la reestructuración de la organización que él mismo había impulsado con el objetivo de hacerla más eficaz y adaptarse a la nueva situación del mundo laboral.

Méndez movió así pieza para abandonar antes de tiempo su mandato que se remonta a hace 22 años, cuando sustituyó a Nicolás Redondo. Sin embargo, el líder del sindicato ha sido incapaz de favorecer un relevo tranquilo en la UGT. Los 600 delegados que se reunirán hasta el sábado de esta semana en Madrid muestran un sindicato dividido y fracturado en dos. Cándido Méndez auspició la candidatura de Miguel Ángel Cilleros. Este trabajador de Renfe nacido en Salamanca de 53 años, presentó su candidatura en un lugar emblemático, el Taller Central de Renfe Operadora en Villaverde –Madrid– para dar una imagen de sindicalista hecho desde la base. A pesar de contar con el apoyo del número dos de la UGT –el secretario de organización, José Javier Cubillo, también ferroviario– no parece que haya conseguido los apoyos suficientes para llegar indiscutiblemente a la dirección de la organización.

Las cosas se le empezaron a torcer a Cilleros cuando hace aproximadamente un año el secretario general de la UGT de Cataluña, José María –Pepe– Álvarez (Asturias, 60 años) decidió auspiciar su propia candidatura dejando de darle su apoyo. En este año, este prejubilado de Alstom, acérrimo partidario del derecho a decidir que ha protagonizado infinidad de mítines junto a líderes independentistas, parece que ha conseguido ventaja de cara al congreso confederal.

El líder catalán lleva al frente del sindicato 26 años, lo que no le impide presentarse como el candidato «renovador» que «apuesta por una organización más transparente, participativa y ágil en defensa de los trabajadores y trabajadoras», según afirmó en la presentación de su candidatura.

La UGT catalana se ha convertido en la verdadera cantera de Convergència y de Esquerra Republicana. La vicepresidenta del gobierno catalán, Neus Munté, estuvo en su ejecutiva, y la secretaria general de Girona es ahora la consejera de trabajo. Y su secretario de comunicación, Miguel Ángel Escobar, fue el candidato de CDC al Senado y ahora es el delegado de la Generalitat para Barcelona.

Además de estos dos candidatos que necesitarán presentar 150 avales en el congreso –que ambos tienen de forma holgada– también aspira a la secretaría general, Gustavo Santana, –39 años–, líder del sindicato en Canarias. Fuentes sindicales consideran que Santana no tiene apenas posibilidades pero «peleará hasta el último momento». Desde diferentes sectores del sindicato se valora que «Álvarez tiene una ligera ventaja sobre Cilleros» y apuntan como motivo «la pésima estrategia del candidato de Méndez. Ha conseguido que muchos voten por Álvarez porque nunca le votarían a él».

A diferencia de otras citas congresuales todo está muy abierto porque las delegaciones sectoriales y territoriales están muy divididas. Álvarez cuenta con el apoyo de las todopoderosas federaciones del Metal y de los Servicios Públicos «pero ninguna de las dos tendrá un voto unánime». La situación es incierta porque hace pocos días en una entrevista en El Periódico de Cataluña, Álvarez criticó muy duramente la actitud de Cándido Méndez en el congreso y afirmó estar muy dolido. Sin embargo, «el aparato de la UGT ya no es lo que era», afirma un viejo dirigente sindical. «En otra época, el candidato que no contaba con el apoyo del aparato no ganaba. Eso es lo que le pasó a Lito» –en referencia al ya fallecido secretario general del Metal, Manuel Fernández «Lito», que disputó en dos ocasiones a Méndez el liderazgo de la UGT en la década de los 90–.

De hecho, Álvarez se presentó en la rueda de prensa rodeado de hasta 12 secretarios generales en una demostración de fuerza. Sin embargo, algunas de las federaciones allí presentes emitieron comunicados posteriormente en los que indicaban que la presencia de su secretario general no implicaba el apoyo de la organización.

Así las cosas, el congreso ugetista está muy abierto y presenta una gran fractura de la organización. Este enfrentamiento ha propiciado también que el candidato de Méndez, Miguel Ángel Cilleros, no tenga el apoyo unánime de su propia federación.

Source: The PPP Economy

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