Un impuesto contraproducente


Cuatro pensionistas están sentados en torno a una mesa con tapete, echando un mus. Pasan a grande, a chica, también a pares, y no cantan juego. Parecen desanimados. De repente, no es un envite lo que centra su atención, sino el órdago que lanza uno de los jugadores. «Si ganan los otros no habrá pensiones», clama. Destapan las cartas y comienzan a dialogar.

Las pensiones son un arma arrojadiza en el debate político, ya que no se pueden ganar unas elecciones teniendo en contra a los jubilados, quienes son capaces de decidir con su voto el resultado de las urnas y tienen muy concentradas en el futuro del sistema sus preferencias políticas. De los más de 34,5 millones de electores residentes en España, el 24,6% tiene más de 65 años. Y, según cálculos realizados, más del 23% de los electores en nuestro país son pensionistas.

El próximo 26 de junio estará en juego el voto de 8,5 millones de pensionistas. Y las propuestas políticas oscilan entre quienes, como el PSOE, abogan por crear un impuesto para sostener el sistema y quienes, como el PP, defienden medidas de creación de empleo que aumenten la base de cotizantes. Las cuentas no cuadran, por lo que ningún candidato puede dejar de lado el futuro de un sistema que supone la tranquilidad y bienestar de quienes llevan media vida deslomándose para disfrutar de una jubilación holgada. Las promesas de la izquierda son antagónicas a las del Gobierno en funciones, pero quizás estén condenados a entenderse tras la cita con las urnas.

En el debate vigente sobre cómo sufragar las pensiones, el PP rechaza la propuesta socialista de subir impuestos y considera que creando empleo no sería necesario incrementar la carga fiscal en unos 3.500 millones de euros al año. Los populares reiteran que una subida de impuestos va en contra de la sostenibilidad del sistema y que alcanzar los 20 millones de ocupados sería la solución.

Desde Ciudadanos tampoco ven con buenos ojos la propuesta de financiar las pensiones mediante una tasa específica y consideran que esta medida se traduciría en un aumento de los impuestos. Unidos Podemos, por su parte, aceptaría la creación de un impuesto específico «en circunstancias extremas», aunque reconocen que la verdadera solución pasa por crear empleo y mejorar los salarios. Los sindicatos piensan que la propuesta socialista va en la dirección correcta, y que el Pacto de Toledo debe acordar diversificar sus fuentes de financiación, ya que creen difícil mantener saneada la Seguridad Social con el bajo nivel salarial actual.

Source: The PPP Economy

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