Un ganador de ‘Masterchef’ en los fogones de la restauración virtual


«Costumbre placentera y adictiva», este es uno de los significados que la Real Academia Española otorga a la palabra ‘vicio’. Para algunos madrileños y barceloneses, el significado se asocia al mismo concepto, pero se materializa de forma sumamente concreta y casi por arte de magia en las puertas de sus casas. Vicio es, por ejemplo, una «doble smash burger (180 gr.) de vaca madurada ‘dry-age’, lechuga francesa, tomate pera, cheddar, pepinillo y salsa acompañado con un bollo de pan brioche».

Conocidos por sus ‘burgers’ «sencillas» pero con ingredientes de calidad y su reconocible marca, Vicio es una startup del sector de la restauración que llegó al mundo hace 18 meses, el 15 de octubre de 2020, en pleno proceso pandémico. «Nacimos en un garaje muy pequeñito… En la misma cocina hacíamos la comunicación y el marketing, las operaciones, la logística, las finanzas, el ‘management’, el postre, las salsas, todo…», recuerda Aleix Puig, fundador de la startup y conocido también por ser el ganador de la séptima edición de ‘Masterchef’. Si bien desde el inicio empezaron a causar revuelo en Barcelona porque nacieron «con una identidad visual muy potente, una consistencia en todos los canales de comunicación muy sólida y una marca que gustó al público», Puig asegura que al final «lo que nos permitió dar el gran salto es el producto que llegaba a la casa de las personas».

Este producto al que se refiere el fundador se ha diferenciado del resto de la competencia por múltiples razones que van más allá del ‘packaging’ y la narrativa provocadora de la marca (cabe acotar que en su carta se ofrecen como el ‘Satisfayer baterías no incluidas’). Al haber puesto de largo el proyecto en plena en pandemia, explica Puig, se vieron «obligados por el mercado a digitalizarse» y a depender del ‘delivery’. Por ello, Puig defiende que hoy son expertos en logística, el ‘rider’ «llega a su destino en cuestión de minutos».

Gracias al empuje inicial del proyecto, la empresa logró dar el salto y, tras la primera apertura en Sants, se sumó ocho meses después otra en el centro de Barcelona, donde abrieron lo que sería el único local «semipresencial» con el que «ponerle cara a sus clientes» que posee por ahora la startup. Progresivamente, Vicio fue abriendo otros locales o cocinas, todas ellas destinadas al reparto a domicilio. Hoy en día ya son cinco, tres en Barcelona y dos en Madrid, pero asegura Puig que «vienen seis más en camino». El mes que viene abrirán otra cocina más en Madrid. El proyecto, que arrancó con seis personas, hoy cuenta con un equipo de más de 200 empleados.

Con un contrato de exclusividad, Glovo es el único ‘partner’ para el ‘delivery’ de los productos de Vicio, donde los ‘riders’ forman parte de un pilar básico de la compañía y, por ende, se les toma en cuenta como forma de aportar valor al negocio. «Tenemos un software que gestiona las operaciones en sala y fuera de sala y le facilita la vida a los ‘riders’. Puedes preguntarle a cualquiera, hay una gestión impecable en ese sentido». Es esta logística la que hace posible las más de 15.000 entregas a la semana que realizan.

Nueva generación

Puig explicó el pasado viernes los proyectos de su compañía en el marco de Generación ESIC, el macroevento de orientación académica que ESIC University realiza de forma simultánea en varias ciudades, y que este año contó con numerosos representante del ecosistema emprendedor español. Un entorno en el que el proyecto del ex ganador de Masterchef ya parece totalmente consolidado: Vicio facturó unos cuatro millones en 2021, y planea cerrar 2022 con una facturación de entre 16 y 20 millones.

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