Un fiable escaparate digital para las bicicletas de segunda mano


Antes de que la pandemia reforzara el uso de la bicicleta, dos jóvenes valencianos, Alejandro Pons e Ismael Labrador, ya soñaban con revolucionar un sector que consideraban anclado en políticas de distribución anticuadas. Desde su propia experiencia como aficionados al deporte, se dieron cuenta de lo complicado que resultaba adquirir y vender un velocípedo de forma online con garantías, así que, inspirados por modelos como el de Airbnb que, a través de una propuesta digital, transformó el mercado del alquiler turístico, fundaron en 2015 Tuvalum, una plataforma para comprar y vender bicicletas, principalmente de segunda mano, que se dirige tanto a particulares como a tiendas locales, encargándose de gestionar el pago y el cobro, la logística y, sobre todo, dando al usuario la tranquilidad de que todos los productos han sido revisados por profesionales.

Disponen de un catálogo de unas 3.000 bicicletas, con precios que van desde los 300 euros hasta los 10.000, la más cara que han vendido hasta la fecha. Como explica Alejandro Pons, CEO y cofundador, las ventajas para el comprador son que puede financiar la operación y pagar a plazos, recibe el artículo en su domicilio y tiene la seguridad de que un mecánico ha comprobado que está en el estado indicado en el anuncio. En este sentido, cuenta que, con ese proceso de certificación, están creando un estándar de calidad para las bicicletas de segunda mano. «Estamos desarrollando, a nivel europeo, un concepto equiparable a la ITV del automóvil, pero para las bicicletas», aclara. Por otro lado, tienen un equipo de expertos en ciclismo que asesora al usuario durante todo el proceso. Los servicios que prestan conllevan una comisión para el comprador en función del precio de la bici, que suele rondar el 12%.

Alejandro Pons, cofundador y CEO de la startup TuvalumRecientemente, la startup ha puesto en marcha un plan renove, que conciste en ofrecer al cliente la posibilidad de recomprarle su bici siempre y cuando luego adquiera otra en el ‘marketplace’. Una iniciativa que se ha extendido a los establecimientos físicos. «Las tiendas locales de España y Europa pueden vender más bicicleta nueva a sus clientes porque estos utilizan la bici de segunda mano como parte de pago, que es tasada y comprada por Tuvalum», detalla Pons.

Para los establecimientos que confían en ellos para vender sus artículos, se definen como un proveedor de tecnología. «No tienen que invertir en una plataforma, en una pasarela de pago, en marketing digital, en logística… todo se lo resolvemos. La mayoría de tiendas locales no van a poder ser competitivas a nivel digital y utilizándonos a nosotros pueden tener presencia en internet y acceder a un mercado europeo», destaca el CEO de la firma, que ya suma acuerdos con 800 tiendas físicas de España.

También los particulares pueden recurrir a Tuvalum. «Crean un anuncio gratis, tasamos la bici y hacemos una oferta de compra en firme. Si la aceptan, la compramos y si no, tienen la posibilidad de venderla en el ‘marketplace’», concreta Pons. La comisión para el vendedor es de 65 euros cuando la bicicleta se vende.

La empresa, que emplea a 40 personas, facturó en 2021 ocho millones de euros, que espera doblar en el presente ejercicio. «También queremos crecer en impacto. Basamos nuestro modelo de negocio en la economía circular, por lo que ayudamos a reducir la huella de carbono con cada transacción de bici de segunda mano. Potenciamos la salud mediante la práctica deportiva y la movilidad sostenible, impactando en reducir el cambio climático», asegura Pons. En la actualidad, el 35% de sus ventas son internacionales. Ahora están desarrollando mercado en Francia e Italia, y los próximos objetivos son Alemania y Países Bajos.

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