Tormenta en el mercado de divisas
Desde el Brexit, la volatilidad en el mercado de divisas se ha incrementado de forma significativa. Sobre todo, en los «majors» –top 10 de divisas más importantes–. Incluso podría decirse que se ha desatado una tormenta en el caso de la libra frente a la mayoría de cruces. En el resto, salvo vaivenes puntuales, la situación es parecida a lo que ha ocurrido durante el año, tras un 2015 en el que se sucedieron pequeños descensos de la volatilidad.
Tomás García-Purriños, gestor de MoraBanc Asset Management, sostiene que de cara al verano las divisas relacionadas con las materias primas (CAD, AUD, NZD…) tienen más atractivo, y que en el corto plazo algunas de éstas están sobrevendidas, por lo que una estrategia interesante podría ser la de buscar puntos de giro en las mismas. Respecto a las divisas refugio, como el franco suizo (CHF) o el yen japonés (JPY), García-Purriños piensa que probablemente hayan corrido demasiado tras el Brexit y no sería descabellado ver una cierta depreciación, especialmente en el JPY, que por PPA –paridad de poder adquisitivo– comienza a entrar en el terreno de la sobrevaloración, si bien aún no en niveles preocupantes. El gestor de MoraBanc también ve cierto valor en las monedas emergentes, especialmente en las latinoamericanas, debido al retraso en el ritmo de subidas de tipos de interés en Estados Unidos. Pese a ello, el dólar americano debería seguir apreciándose frente a otras divisas, como el euro, dado el diferencial de tipos de interés, la posibilidad de nuevas medidas expansivas por parte del BCE y un buen comportamiento de la economía estadounidense.
LIBRA ESTERLINA
El Brexit puso a la libra contra las cuerdas. De hecho, la divisa británica llegó a hundirse hasta niveles de 1985, y en su cruce con el dólar ha caído más de un 12%. No obstante, la decisión del Banco de Inglaterra de mantener los tipos de interés en el 0,5% puede ser considerada como una medida inteligente, ya que además de permitir a la autoridad monetaria ganar tiempo, no genera ninguna sensación de pánico. Asimismo, la depreciación de la libra esterlina supone una relajación de la política monetaria británica. Por tanto, García-Purriños opina que sobre estos niveles es donde el Banco de Inglaterra considera que debe estar el mínimo en el GBP. Pese a ello, «será complicado ver una apreciación importante de la divisa británica en este contexto, al menos frente a USD y EUR, por lo que podría entrar en un rango lateral». En cambio, donde el gestor de MoraBanc sí ve potencial de apreciación es en el par GBP/JPY.
La tormenta desatada en el mercado de divisas aleja a los inversores de la renta variable de la zona euro. La correlación entre la divisa comunitaria y la bolsa europea debería ser negativa en el corto y medio plazo –al ser la eurozona un área económica fundamentalmente exportadora, retrocesos de la divisa coincidían con aumentos de la renta variable–. Sin embargo, no lo es, porque los factores que influyen en la depreciación del euro a veces también contribuyen al comportamiento negativo de la renta variable europea. Por tanto, en el contexto actual, García-Purriños no cree que los inversores se alejen de la inversión en renta variable por el comportamiento del euro, sino que «las causas que generan volatilidad en la moneda única coinciden con las causas que la propician en renta variable».
Debido a que una de las mayores preocupaciones de los directores financieros es la volatilidad del mercado de divisas, ya que las oscilaciones de la moneda impactan en los resultados empresariales, cuando las apreciaciones y depreciaciones son relativamente predecibles, o al menos siguen cierta tendencia, es posible cubrir una parte de los vaivenes. Además, la evolución de las divisas responde a factores macroeconómicos que también afectan a las cotizaciones bursátiles, por lo que «muchas veces, la divisa adelanta el comportamiento de la renta variable, o al contrario». García-Purriños remarca que en el corto-medio plazo existe una influencia entre divisas y bolsas, aunque no hay consenso sobre el tipo de relación a largo plazo. De hecho, en una cartera de renta variable global la influencia de la divisa a futuro es nula.
Source: The PPP Economy