Todo el poder de los «tecos»


Los «tecos», aunque sería más propio decir los «TCEE», controlan y dirigen, directa o indirectamente, la economía española desde hace casi medio siglo. No importa quién gobierne, «los «tecos» están ahí. Hay quien, incluso, les atribuye una influencia decisiva en el Plan de Estabilización de 1959, que sacó a España de la absurda autarquía franquista y del atraso, y la llevó, con todas sus limitaciones, al siglo XX. Los «tecos», como son conocidos coloquialmente, no son un grupo musical de los años setenta. Es el acrónimo con el que se identifica a uno de los cuerpos de élite de la Administración Española: los técnicos comerciales y economistas del Estado, cuya máxima representante, en estos momentos, es la ministra de Economía, Nadia Calviño, que ha sucedido en el puesto a otro «teco», Román Escolano, quien, a su vez, recibió el testigo de otro miembro del cuerpo, Luis de Guindos, ahora vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Y la historia hacia atrás continúa: Pedro Solbes, vicepresidente económico con Zapatero, era «teco».

Los «tecos» están contados y, como un reclamo publicitario de éxito de principios del milenio, están «sobradamente preparados». No llaman la atención y con frecuencia pasan inadvertidos. En estos momentos, según los datos de su asociación profesional, que preside Alfredo Batet, nuevo secretario general del Círculo de Empresarios, existen 645 «tecos», de los que 464 están en activo y 181, jubilados. Entre los primeros, 304 son hombres y 160 mujeres, y 55 de ellos trabajan en el sector privado, lo que significa que están en excedencia. Los que desarrollan su actividad en el sector público perciben una retribución mínima que ronda los 80.000 euros brutos al año, muy superior a la media española, pero muy inferior a la de cualquier ejecutivo de primera fila en una empresa privada.

Haciendo historia

La historia reciente de la economía española está vinculada a los «tecos». Dos insignes miembros del cuerpo, Luis Ángel Rojo y Manuel Varela estuvieron entre los técnicos que diseñaron y aplicaron el Plan de Estabilización de 1959, que puso las bases para transformar España de un país atrasado y agrícola en una economía moderna y desarrollada. Los Pactos de la Moncloa (1977), el siguiente gran salto hacia adelante de la economía española, fue obra de otro «teco», Enrique Fuentes Quintana, y luego desarrollados, con mayor o menor acierto, por otros colegas, como Juan Antonio García Díez, Carlos Bustelo y Luis Gámir, todos ellos ministros en tiempos de UCD. Luego, en tiempos del PSOE, ni Boyer ni Solchaga eran «tecos», pero sí algunos de sus secretarios de Estado, como Guillermo de la Dehesa o Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Aznar no tuvo inicialmente «tecos» en el Consejo de Ministros, pero sí en su administración, como Luis de Guindos y Jaime Caruana, entre otros. Pedro Solbes, en tiempos de Zapatero, siguió la tradición, en un Gobierno en el que también estuvo presente Jordi Sevilla. Mariano Rajoy, Registrador de la Propiedad y de un cuerpo más o menos rival, no tuvo complejos: en sus gobiernos estuvieron Luis de Guindos –relevado por Román Escolano– y Álvaro Nadal, además de varios secretarios de Estado miembros del Cuerpo.

Pedro Sánchez, y no por casualidad, eligió a Nadia Calviño, quien ha formado un equipo con numerosos «tecos»: Ana de la Cueva, secretaria de Estado de Economía; Xiona Méndez Bértola, secretaria de Estado de Comercio; Carlos San Basilio, director general del Tesoro; Carmen Balsa, directora del Gabinete; José Carlos García de Quevedo, presidente del ICO; o Fernando Salazar, presidente de Cesce. No es nada extraño. Tres de los últimos cinco gobernadores del Banco de España –Luis Ángel Rojo, Jaime Caruana y Miguel Ángel Fernández Ordóñez– eran «tecos».

Dura oposición

Abogados del Estado, registradores de la propiedad, notarios y letrados del Consejo de Estado son reconocidos como altos funcionarios y a nadie extraña que ocupen puestos relevantes en ministerios y empresas. Los «tecos» son su equivalente económico, con el añadido de que deben dominar, al menos, dos idiomas. Su origen se remonta a 1930, cuando se crea el Cuerpo de «Secretarios y Oficiales Comerciales». En 1956, nace el Cuerpo de «Economistas del Estado»; en 1984, ambos se fusionan en los actuales «tecos».

No es fácil serlo. Hay que superar una dura oposición, con 96 temas en la primera parte y 58 en la segunda; algunos muy técnicos, que exigen matemáticas avanzadas y hablar y escribir con fluidez inglés y otro idioma. Los aspirantes a letrados del Consejo de Estado deben dominar 523 temas; 465 los abogados del Estado; 372 los registradores de la propiedad y 348 los notarios.

Source: The PPP Economy

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