Suiza se niega a subir impuestos a las multinacionales


La presión de la OCDE y de la Unión Europea sobre la reforma de la fiscalidad de las multinacionales instaladas en Suiza, para que se adecúen a los niveles solicitados por la UE, no ha sido suficiente. Los suizos celebraron ayer un referéndum para cambiar el sistema fiscal del que se benefician las multinacionales. Finalmente la reforma propuesta por el Gobierno y el Parlamento fue rechazada con un 59,1% de los votos. Suiza es una confederación de estados, que está compuesta por 26 cantones, de los cuales sólo cuatro votaron a favor de la reforma fiscal de las multinacionales.

El sistema tributario suizo para las grandes corporaciones es demasiado beneficioso, y por lo tanto representa competencia desleal para el resto de los países. En Suiza las entidades pagan un impuesto federal único y además un gravamen cantonal que varía considerablemente dependiendo del estado al que se pertenece. Bruselas ha criticado a Berna en muchas ocasiones debido a que muchas empresas –las llamadas sociedades «holdings»– se benefician de una tasa impositiva reducida, ya que los tributos desembolsados oscilan entre el 7,8% y el 12%. En este contexto, el Gobierno de la Confederación Helvética, tras la amenaza de medidas de represalia en 2014, pactó con la UE anular el «estatus especial» de dichas empresas y modificar el sistema para que, de media, la presión fiscal estuviera alrededor del 14%.

En el caso de que los suizos hubieran aceptado dicha reforma, ésta hubiera afectado a unas 24.000 firmas que emplean a unas 150.000 personas y contribuyen a la mitad de las tasas corporativas federales. Además, todas estas empresas representan la mitad de los gastos en investigación y desarrollo del país. Por ello, muchos cantones se planteaban bajar el impuesto sobre los beneficios para poder seguir siendo fiscalmente competitivos, además de otro tipo de rebajas fiscales. Así, los suizos se aseguraban mantener la competitividad y no perder puestos de trabajo.

Ahora, sólo quedará ver si el rechazo a la reforma, conlleva que Suiza esté en la «lista negra» de la UE y la OCDE, y por lo tanto algunas multinacionales valoren continuar en la Confederación o abandonen el país para instalarse en otro lugar.

Source: The PPP Economy

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