Sener, hasta el infinito y más allá
cristina ruiz
¿Sabía que la tecnología española ha puesto un pie en Marte, e incluso ha ido más lejos en el espacio, llegando hasta el «infinito y más allá» –como diría el entrañable Buzz Lighyear de «Toy Story»–? La responsable de esta aventura espacial con sello nacional es Sener, una empresa familiar de ingeniería que este año celebra su 60 aniversario. La compañía participó en la misión de Mars Science Laboratory mediante el desarrollo del mecanismo de apunte de la antena de alta ganancia del vehículo espacial «Curiosity» y, más recientemente, suministró parte del equipo de la sonda Rosetta, que acompaña en su «viaje» al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. En total, Sener ha participado en más de 270 misiones espaciales, sin que «ninguna de ellas haya fallado», tal y como asegura orgulloso su presidente, Jorge Sendagorta. Este doctor en Ingeniería Naval forma parte de la segunda generación de la empresa, fundada por su padre, Enrique, también ingeniero naval, que supo adelantarse a su tiempo, gracias a una gran visión de futuro y, sobre todo, a su deseo de progreso y vocación de servicio.
Para ello, y para aplicar en España todos los avances que había visto en los astilleros de Francia, Alemania o Reino, decidió fundar Sener en 1956. A pesar de la grave crisis económica por la que atravesaba España en ese momento, pronto la compañía se convirtió en una oficina técnica naval reconocida por su buen hacer y, poco a poco, fue consiguiendo contratos e iba incorporando más profesionales, en su mayoría ingenieros recién salidos de las escuelas técnicas de Bilbao. En 1961, se unió a Sener José Manuel «Manu» Sendagorta (hermano de Enrique y tío de Jorge) que, con su formación en el terreno aeronáutico –era doctor ingeniero en esta disciplina–, impulsó la diversificación de la compañía y creó, precisamente, la División Aeroespacial de Sener , dada su fascinación por el espacio exterior.
Hoy, seis décadas después, Sener es una empresa multidisciplinar que factura 1.300 millones de euros, y que no sólo ha viajado a Marte, sino que es socio de Rolls Royce en la construcción de turbinas de avión, participa en líneas de alta velocidad, lidera el mercado de la energía solar termoeléctrica, sin olvidar el diseño y la construcción naval. No obstante, pese a que a lo largo de los años ha ganado en dimensión, la compañía se mantiene fiel al principio con el que nació: tratar de mejorar las cosas. «En estos 60 años, nuestro espíritu ha sido siempre constructivo, pensando en hacer las cosas bien, aportando soluciones –técnicas y tecnológicas– que contribuyan a hacer una sociedad mejor», señala Sendagorta.
La familia es un pilar fundamental en Sener. Actualmente, forman parte del consejo de administración «15 primos Sendagorta» (los hijos de Enrique y Manu) y, poco a poco, se va incorporando la nueva generación, por lo que a Jorge Sendagorta le gusta decir que «Sener es una empresa de segunda generación y media».
Source: The PPP Economy