“No se pueden demonizar tecnologías que son eficientes”
La Unión Europea lleva un tiempo dando pasos firmes hacia su objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en el continente a medio plazo e intentar minimizar así el daño medioambiental que producen las emisiones de dióxido de carbono. Los Gobiernos han escuchado las directrices comunitarias y han desarrollado estrategias que no son del gusto de todos. Para ejemplo bastan las restricciones al tráfico en el centro de Madrid. Y la capital no es la única que ha prohibido la entrada a los coches. Estas medidas han golpeado de lleno al sector del automóvil, uno de los más importantes de España en términos de facturación y empleo, y los que lo forman denuncian que no existe capacidad tecnológica para asumir la velocidad que impone la Administración. Pero eso no quiere decir que los esfuerzos de los fabricantes no estén encaminados a reducir la huella medioambiental de los vehículos. Sobre ese asunto giró la mesa redonda «Los retos de la automoción en el futuro entorno de movilidad conectada, autónoma y electrificada», que se celebró el pasado viernes en la sede del periódico LA RAZÓN. Participaron David Moneo, director de Motortec; José Luis Bravo, director general de ASER Aftermarket Automotive; Ignacio Naranjo, director de After Market Sur Europa de Schaeffler; María Luisa Soria, directora de Relaciones Institucionales e Innovación de Sernauto; Fernando Moreno, «manager» de Desarrollo de Negocio para Movilidad y «Smart Cities» en Bosch España; y Antonio Osuna, «senior business» director Iberia Insurance & Leasing de GT Motive. Todos ellos estarán presentes en la feria Motortec Automechanika, que se celebrará desde mañana hasta el sábado en Ifema.
Información sesgada
El primer asunto que los ponentes quisieron desmontar es el discurso político que «demoniza» a los vehículos diésel. «Hay una buena parte de la información que está cuanto menos sesgada. Englobar en un único grupo a todo el sistema de motorización es un tanto injusto. La viabilidad del sistema de combustión es necesaria e imprescindible», subrayó Naranjo, quien también recordó que algunos objetivos son inviables en cuestión de materias primas, capacidad de producción y posibilidades tecnológicas. Además, quiso puntualizar que no existen los vehículos «limpios»: «Cualquiera es contaminante si tenemos en cuenta su ciclo de producción y de energía. De hecho, las emisiones en su vida útil de un vehículo eléctrico son la mitad que las de uno de gasolina». Porque hay que tener en cuenta, además de la fabricación y la vida útil, su posterior reciclaje.
Por ello, demandó la necesidad de crear un marco legislativo con medidas «justas». «¿Qué hay de renovar el parque actual? No hay campañas para ello», recordó Moneo. En España, los automóviles tienen una media de 12,5 años. En Europa, es de apenas siete. Al hilo de este asunto, Bravo quiso lanzar un mensaje a los poderes políticos. «Cero emisiones y cero muertos es el objetivo, estamos trabajando en ello, pero la Administración no nos tiene que decir cómo debe ser la tecnología para conseguirlo». «No se pueden demonizar tecnologías que actualmente son eficientes y que nos van a facilitar esa transición», apuntó Soria. Moreno le dio la razón y señaló que se están tomando medidas con vistas al futuro «en función de los coches que están circulando actualmente».
Caída en las ventas
Esta falta de consenso afecta al usuario, y con él a las ventas. «El consumidor hoy está bloqueado. Se pregunta, por ejemplo, si con el vehículo que se compre ahora va a poder acceder al centro de Madrid dentro de dos años. Estamos en un entorno en el que los reguladores fluctúan y los cambios de opinión cambian el rumbo de la industria», lamentó Naranjo. «El conductor está preocupado porque los ayuntamientos están quitando a los coches del centro de las ciudades y le preocupa cómo moverse. Por eso está aumentando el «car sharing»: alquilas el coche un tiempo determinado y luego el problema es de otro», añadió Osuna. «Independientemente de que hay un contrasentido entre la velocidad real que podemos adquirir técnicamente y lo que nos estamos encontrando en la sociedad, tenemos que asumir que las ciudades están sacando a los coches del centro y nos están obligando a transformar el vehículo. Nos ponen pegatinas que no miden realmente lo que está emitiendo», criticó el director de After Market Sur Europa de Schaeffler.
Factores decisivos
Con la vista puesta en el futuro, Osuna enumeró tres factores que marcarán el porvenir de la industria: la electrificación, la movilidad y la automotización. Soria coincidió en parte con estos retos, pero recordó que el gran objetivo es la descarbonización: «El objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono es tan ambicioso que hay que hacer que todos los componentes del vehículo sean más eficientes para que el consumo final del vehículo sea menor», aseguró, y añadió que para ello las marcas buscan desde reducir el peso de las piezas que forman el vehículo hasta ser más eficiente en el uso de los recursos. Además, la electrificación está llegando a medios de transporte que no tenían tracción (caravanas, bicicletas e incluso cochecitos de bebé) «para recuperar la energía de la frenada, almacenarla y utilizarla para otros usos, además de para mejorar la seguridad», dijo Moreno.
Formación
«La formación de los técnicos va a cambiar, al igual que el utillaje en los talleres. El número de éstos se reducirá y eso llevará a la especialización de los que quieran reparar vehículos eléctricos», dijo Osuna. En este sentido, Bravo destacó la capacidad de adaptación de los talleres a los cambios tecnológicos que han sufrido los coches: «Les damos formación de forma constante». A su vez, recordó que, hoy en día, algunos vehículos ya están conectados con el taller: «Si tienes un problema, tu mecánico de confianza puede decirte al momento si puedes continuar o es algo más serio». «Estamos ante un conductor muy exigente, no es el mismo que hace cinco años. Quiere rapidez y eficiencia, y además que sea barato. Quiere apretar un botón y tener la solución», apostilló Osuna.
Todos estos avances se deben hacer sin perder de vista que, al final, el objetivo de la industria del automóvil es ofrecer soluciones a la movilidad. «Para mí la base de todo es la conectividad», aseveró Moreno. «Actualmente, el 60% de la población vive en ciudades y en el futuro el porcentaje será mayor. La movilidad deberá dar una respuesta a ese gran reto con la electrificación los vehículos, su mejora tecnológica y el vehículo compartido», indicó. Además, a eso se suma el envejecimiento de la población, «y ahí el vehículo autónomo tiene mucho que decir». Y no sólo eso, «sino que los niños podrían ir así al colegio y las personas invidentes también podrían tener su propio coche», afirmó.
«El mundo de la movilidad va a ir a más porque la gente se mueve cada vez más. Y eso lo va a vivir el sector de la automoción», apostilló Moneo.
Source: The PPP Economy