Moltó cobraba 150.000 euros por ser el "animador" de CCM
Juan Pedro Hérnandez Moltó ha sido probablemente el “animador socio-cultural” mejor pagado de la historia. El ex presidente de Caja Castilla-La Mancha (CCM) está siendo juzgado estos días en la Audiencia Nacional por un presunto delito societario. Se le acusa, junto al que fuera su número dos, Ildefonso Ortega, de falsear las cuentas de 2008 para que dieran un beneficio de 29,8 millones de euros y no las pérdidas de 182,2 millones que tendría que haber arrojado de seguir las instrucciones contables que les dio el Banco de España en octubre de 2008 tras inspeccionar la entidad.
Moltó está basando parte de su defensa en el hecho de que era presidente no ejecutivo de CCM y que, como tal, no elaboraba sus cuentas. En este contexto, declaró el martes que era, “si se me permite la expresión, una especie de animador socio-cultural”. Por estos servicios tan alejados del día a día financiero, Moltó percibió al final de su mandato en la caja un sueldo de 150.000 euros brutos al año, según reconoció el mismo en sede judicial. Moltó era entonces también miembro de los consejos de administración de Metrovacesa, Iberdrola Renovables y la CECA, aunque explicó que las dietas que ingresaba por la asistencia a las mismas las ingresaba en la caja.
La estrategia defensiva de Moltó de desvincularse de la gestión de la caja ha sido puesta en entredicho hoy por los inspectores del Banco de España que supervisaron la caja en 2008. Su conclusión es que, de las conversaciones que mantuvieron con directivos de la entidad, se deduce que Moltó estaba implicado en la gestión diaria de CCM. No sólo se reunía con responsables territoriales o de área sino que también acudía a reuniones, como las del comité de dirección, para las que no estaba facultado.
Cuestión al margen, todavía sin esclarecer, es si intervino en la confección de las cuentas que la CECA publicó en febrero, que según la Fiscalía Anticorrupción habrían sido manipuladas, y si esta contabilidad debe tomarse como válida. En octubre, tras su inspección, el Banco de España remitió un requerimiento a CCM en el que le instaba a apuntar como pérdidas los deterioros de sus participaciones en tres sociedades inmobiliarias, con lo que la caja habría arrojado pérdidas de 182,2 millones. Sin embargo, los estados publicados por la CECA no recogían tales pérdidas. La razón, defienden Moltó y Ortega, es que sólo eran unos estados financieros provisionales y que las cuentas definitivas no se habían elaborado. Jerónimo Martínez, que en 2008 era director del Departamento de Cajas de Ahorros del Banco de España, ha declarado que estos resultados, aún provisionales, deberían haber recogido ya el requerimiento del Banco de España. Al no hacerlo, no reflejaban de forma fiel la realidad de la caja, ha apuntado. No obstante, Francisco Javier Arístegui, entonces director general de Supervisión del Banco de España, ha declarado que el requerimiento no fijaba una fecha concreta para que CCM se anotase esas pérdidas.
Los testimonios de los inspectores del Banco de España han evidenciado que, al contrario de lo que declaró Moltó, el presidente de CCM conocía desde el primer momento que la caja estaba siendo inspeccionada desde marzo de 2008 por sus entonces incipientes problemas. En octubre, Arístegui y Jerónimo Martínez se reunieron con Moltó y Ortega para advertirles de que la caja, por si sola, no saldría adelante. CCM estableció entonces contactos con Ibercaja para una posible fusión que fracasó porque a primeros de 2009 la entidad aragonesa se retiró del proceso. Martínez explicó que Ibercaja se echó atrás “por miedo a la situación de liquidez de CCM y al entramado de empresas con las que tenía relación”. Antes, el técnico del Banco de España aseguró que la entidad aragonesa se había quejado por la falta de colaboración de la caja manchega en el proceso de “due dilligence” que estaba siguiendo.
Source: The PPP Economy