Metralla contra la economía


Mueren matando. Atentan contra ciudadanos desarmados, y sus persistentes amenazas siembran pánico. Bombas y disparos lapidan a civiles, ¿metralla explosiva contra la economía? El terrorismo crea inseguridad, acrecienta la incertidumbre e incrementa la volatilidad de los mercados, factores que merman el crecimiento y lastran la creación de empleo. Sin embargo, las represalias a los atentados de París serán lo suficientemente quirúrgicas y fulminantes como para que el impacto económico no sea demasiado negativo y para que sus efectos en el corto plazo pronto se neutralicen. Mientras algunos economistas defienden algún tipo de beneficio de las guerras por el gasto militar, otros aseguran que se trata de una falacia absoluta –desmontada hace décadas– y que no existe ningún bombazo positivo. El terrorismo genera terror y espanto, los peores enemigos de la economía. Alberto Colino, profesor de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, piensa que la mayor incertidumbre asociada a estos escenarios puede retrasar las inversiones, e incluso desplazarlas hacia otras áreas geográficas más seguras. Aunque no se atreve a aventurar el efecto de este tipo de ataques sobre el PIB mundial, ya que depende de la duración de la amenaza y de su intensidad, recuerda que, según un informe, ETA pudo restar a la economía del País Vasco un 10%. Asimismo, asegura que si el foco del yihadismo continúa sobre Europa, la economía de los países miembros sufrirá una pérdida de confianza de los inversores internacionales, lo que supondría un lastre para una todavía renqueante recuperación. Más allá de una posible huida de la inversión desde posiciones en acciones del Viejo Continente hacia otro tipo de activos refugio como el dólar, el yen, el oro o bonos de máxima calidad, «los atentados de París afectarán claramente a la economía europea en el corto plazo». Gloria Claudio, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, considera que pueden marcar un punto de inflexión en la política económica. Francia ha anunciado que antepone el Plan de Seguridad al Pacto de Estabilidad, y Bruselas será comprensiva si incumple el déficit por el coste para defenderse de los ataques terroristas. «Podemos estar ante un cambio de política económica de la UE, y eso sí que tendría un efecto sobre el crecimiento a medio y largo plazo», apostilla Claudio.

El actual «shock» negativo es de carácter transitorio y afecta especialmente a sectores muy sensibles a cambios repentinos en las expectativas y que dependen mucho de la seguridad, como el del transporte –tanto terrestre como aéreo– y el turístico. En el corto plazo, cualquier amenaza hace que los consumidores muestren aversión al riesgo y, por tanto, anulen algunos planes previstos. Francia, Reino Unido, Alemania o Bélgica registrarán el mayor impacto, pero los efectos serán puramente transitorios. Los expertos aseveran que sobre la política fiscal sí puede haber un impacto más inmediato, debido a la concesión de un permiso especial a los países que incumplan sus objetivos de déficit en la eurozona por incrementar su gasto en defensa.

Source: The PPP Economy

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