Los tributos más comunes y los más extravagantes de las autonomías


Madrid será la única comunidad autónoma que no tendrá impuestos propios. Pero muchos otros permanecerán en el resto, alrededor de 80. Un cúmulo de figuras que se repiten en múltiples casos y que en otros son excepcionales.

Entre los tributos más habituales están los relacionados con el medio ambiente. Por ejemplo, Aragón tiene el impuesto sobre el daño medioambiental causado por las grandes áreas de venta; impuesto sobre las afecciones ambientales del uso del agua en Asturias; impuesto sobre vertidos a las aguas litorales en Andalucía; impuesto sobre las emisiones de CO2 de los coches en Cataluña, que precisamente entra estas semanas en vigor…

La totalidad de las comunidades, a excepción de Madrid que no contará con ningún impuesto, tendrá tributos relacionados con la fiscalidad ‘verde’, que tiene por objeto también tratar de disuadir al ciudadano y a las empresas de ciertas actividades nocivas para el medio ambiente.

Asimismo, muchas regiones cuentan con impuestos o cánones sobre el agua que entran dentro de esta categoría de productos. Sin embargo, hay otras que el gravamen que fijan para este bien básico no se cataloga como impuesto sino como tasa, como en el caso de la Comunidad de Madrid.

Los ‘otros’ impuestos

Muchos impuestos son comunes en varias comunidades. Con nombres parecidos o con hechos imponibles similares, pero con misma función, especialmente en el ámbito ‘verde’. Pero hay otros menos comunes.

Andalucía, por ejemplo, dispone de un impuesto sobre tierras infrautilizadas y otro sobre las bolsas de plástico de un solo uso, como recoge el REAF. Asturias, por su parte, cuenta con un tributo sobre el juego del bingo, al igual que lo tienen Baleares y Murcia sobre los premios derivados del mismo.

Comunidad Valenciana cuenta con un impuesto sobre viviendas vacías, igual que Cataluña. También es común el gravamen sobre las estancias turísticas, como ocurre en Baleares, igual que el que aplica en varias regiones para los grandes establecimientos comerciales. En Cataluña existe también un impuesto sobre los activos no productivos de las personas jurídicas, así como sobre las bebidas azucaradas envasadas. Por su parte, en La Rioja llama la atención el impuesto sobre el impacto visual de los elementos de energía eléctrica y elementos fijos de las redes de telecomunicaciones. Y en varias comunidades existía el impuesto sobre los depósitos bancarios, que ha quedado subsumido en uno estatal que en la práctica lo que hace es suprimirlo.

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