Los sindicatos de Ryanair preparan una semana «caliente» en plena Navidad


Pocas son, por no decir ninguna, las esperanzas que tienen los sindicatos de los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair de España, Portugal, Italia, Bélgica, Holanda y Alemania, de llegar a un acuerdo con la dirección de la aerolínea irlandesa sobre sus condiciones laborales de aquí a Navidad. Desde comienzos de año, las organizaciones sindicales llevan reclamando a la compañía, sin éxito, que a sus tripulantes se les aplique la legislación laboral de sus respectivos países de origen. Dos huelgas, una en julio y otra en septiembre, han realizado las organizaciones para exigirlo sin lograrlo. Y una tercera se divisa en el horizonte. Será en Navidad y será la más contundente de todas las movilizaciones que hasta ahora han llevado, advierten desde los sindicatos, entre los que se encuentran los españoles USO y Sitcpla. Su idea es convocar tres o cuatro días de paros concentrados en una misma semana «en días lo más complicados posibles», advierten. Además, darán el aviso de la huelga a las autoridades con la antelación mínima que les exige la legislación. Dado que la convocatoria, como las precedentes, será a nivel europeo, es difícil precisar con cuanta antelación es necesario convocar las movilizaciones dado que la legislación sobre este asunto de cada país es diferente, explican estas fuentes.

Los representantes sindicales de los TCP de los países en conflicto se reunirán el próximo día 20 en Limasol (Chipre). Será allí donde se tomará la decisión de hacer o no huelga, aunque las fuentes consultadas dan prácticamente por hecho que la opción de los paros saldrá adelante porque las conversaciones no avanzan a pesar de que Ryanair ha asegurado públicamente que está dispuesto a aplicar sus respectivas legislaciones laborales a sus tripulantes de cabina partir del año próximo. Los sindicatos, sin embargo, aseguran que la reina europea del «low cost» prefiere continuar aplicando la legislación irlandesa, puesto que supone grandes beneficios para Ryanair y permite continuar con un modelo perverso donde existen importantes agravios para los trabajadores, y evitar la equiparación de condiciones para los trabajadores contratados directamente por Ryanair y los contratados por Crewlink y Workforce, dos empresas de trabajo temporal. Este es el verdadero motivo por el que ambas partes no han sido capaces todavía de rubricar un acuerdo. Los sindicatos aseguran que si Ryanair realmente quiere aplicar contratos nacionales no necesita a los sindicatos, sólo les necesita para negociar un convenio colectivo.

La idea de convocar tantos días de huelga concentrados en un espacio de tiempo tan corto y de avisar con la menor antelación posible es, según los sindicatos, «hacer daño para hacer reaccionar de una vez a la compañía». Sin ser tan contundentes, los anteriores paros ya han hecho mella en la compañía que dirige Michael O`Leary. En su primer semestre fiscal, cerrado el pasado 30 de septiembre, su beneficio cayó un 7%, hasta los 1.200 millones de euros, lo que constituyó su primer recorte de ganancias en cinco años. Entre los factores que impactaron estos resultados, además del incremento del precio del petróleo, se contaban también los paros, como reconoció la propia «low cost» irlandesa. Y Ryanair daba por hecho que las cosas no irían mejor hasta finales de año. Reconocía que las huelgas le han obligado a reducir las reservas de octubre y Navidad, debido al miedo por parte de los pasajeros a que ocurran «futuras jornadas de paros». «Hemos operado con éxito más del 90% de nuestros vuelos durante las jornadas de paros establecidas por los sindicatos. No obstante, la confianza del cliente se ha visto afectada, sobre todo en los periodos de octubre y Navidad», reconoció O´Leary.

En las últimos meses, Ryanair ha ido cerrando algunos de los varios conflictos laborales que mantiene en varios países europeos. En España, alcanzó hace unas semanas un acuerdo con el principal sindicato de pilotos (Sepla) para aplicar la legislación laboral española a los pilotos nacionales. Al contrario que los TCP, los pilotos optaron por judicializar su conflicto denunciando a Ryanair ante la Audiencia Nacional. La demanda ante esta instancia judicial ha sido retirada tras el acuerdo.

Source: The PPP Economy

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