Los expertos avalan la rebaja selectiva del IRPF para proteger a las rentas medias y bajas
«La inflación ha laminado de una manera muy importante la capacidad de gasto de las familias españolas, especialmente de las más vulnerables, y actualizar las tarifas y los mínimos del IRPF es una forma adecuada de proporcionar un alivio fiscal a éstas. Tarde o temprano se tendrá que hacer». El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, cree que la medida estrella del plan de choque planteado por Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa para acordar la respuesta de España a la crisis creada por la guerra de Ucrania y el descontrol de los precios energéticos debería activarse más pronto que tarde para ofrecer un escudo a los hogares más afectados por la subida de precios.
No es el único. La reducción de las retenciones por IRPF a aplicar a los trabajadores con salarios inferiores 40.000 euros anuales y el establecimiento de un nuevo mínimo personal y familiar para los contribuyentes con ingresos inferiores a 22.000 euros que plantea el PP es vista con buenos ojos por los expertos consultados, por su carácter transitorio –sólo se aplicaría a las rentas de 2022– y selectivo, ya que alcanza a rentas medias y bajas.
«Es una medida que se enfoca, como las aprobadas por el Gobierno, al sostenimiento de rentas y a la mejora de la liquidez, y tiene la ventaja de que es muy específica y está centrada en las rentas medias y bajas», explica Carlos Victoria, investigador principal de Esade EcPol y consultor del Banco Mundial en temas de protección social. «Está bien orientada porque busca aliviar los sobrecostes de este episodio inflacionista, que sabemos que son desproporcionadamente más elevados para las rentas más bajas».
En su opinión, las medidas adoptadas por el Gobierno, como la rebaja generalizada del 21 al 10% del IVA de la electricidad o la ayuda de 20 céntimos al litro de carburante, «son menos afinadas de lo hubiera sido recomendable, tal vez por la necesidad de dar una respuesta rápida ante la situación de presión social que se generó, y puede suponer también un mayor coste».
Evitar una subida de impuestos
«Es que no hablamos de bajar los impuestos, sino de impedir que suban de una forma escondida. La adaptación del IRPF a la inflación habría que hacerla siempre, pero es evidente que con más razón en una situación como esta», recalca Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea.
El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, abunda en el mismo argumento. Señala que no es solo que en contextos inflacionistas como el actual exista un mayor riesgo de que una subida salarial empuje a los trabajadores a un tramo más gravoso del IRPF, aún sin haber ganado poder adquisitivo, sino que «mantener la misma presión fiscal supone una subida de impuestos ‘de facto’ ya que cualquier salario pierde valor real en un entorno de inflación cercana al 10%». En otras palabras, que la misma carga fiscal es superior en términos relativos al haber perdido valor real las rentas que perciben los trabajadores.
Izquierdo ve esta doble ‘progresividad en frío’ detrás de los ingresos récord por IRPF de 2021 y denuncia que no deflactar o reflactar la tarifa supone en realidad una subida de impuestos encubierta a los trabajadores.
Un argumento muy alejado del que planteó ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para rechazar la propuesta de los populares. En su opinión, se trata de una rebaja de impuestos generalizada, ya que aunque se dirige a las rentas inferiores a 40.000 euros, por la propia operativa del IRPF «beneficia a los que ganan 100.000, 200.000 o 300.000 euros», y que además tiene el riesgo de exacerbar las presiones inflacionistas, al poner más dinero en el bolsillo de los ciudadanos.
«No hay ninguna medida fiscal exenta de ocultar efectos adversos», advierte Raúl Mínguez, analista jefe de la Cámara de España. «Hay que optar por la medida más eficiente y más sencilla de revertir cuando la situación actual pase. Las actuales subvenciones a los precios deberían ir modulándose hacia medidas más orientadas a colectivos determinados y podría ser a través del IRPF. Creo es bueno deflactar el IRPF, pero también hay margen para hacerlo en Sociedades».