Los ajustes que vienen, solo en impuestos


Por fin conocemos la letra pequeña de las propuestas que el Gobierno ha enviado a Bruselas y que, como no podía ser de otra manera, incluyen ajustes. Eso sí, de momento los ajustes anunciados afectan únicamente al bolsillo de los ciudadanos, ni una palabra de posibles recortes de gastos. Quizás por eso de que «los recortes los hace la derecha». Se empeña el Gobierno en decir que en España los impuestos son bajos en comparación con otros países europeos, pero el problema en España no es que los impuestos sean bajos, que no lo son, sino que se recauda poco y eso se explica, en buena medida, porque hay mucho fraude fiscal y, que nadie se engañe, la subida de impuestos lo incrementará. Y si no que miren las cifras de economía sumergida en España y su reparto por comunidades autónomas. Las autonomías con los impuestos más bajos son también las que tienen menos fraude fiscal. Por el contrario, las regiones con más subsidios e impuestos más altos, tienen más economía sumergida. Los ciudadanos no declaran sus rentas por miedo a perder los subsidios o por que los tipos impositivos son tan altos que les compensa el riesgo de defraudar.

Una de las medidas incluidas en el plan que se ha llevado a Bruselas y que más polémica ha desatado ha sido la de poner peajes en las autovías. El Gobierno se ha apresurado a decir que la cifra que se está barajando es de un céntimo por kilómetro, frente a los nueve céntimos que propone Seopan, la patronal de la construcción. Pero lo cierto es que la medida presenta un gran rechazo social. El problema es que no es cierto que los usuarios de las carreteras no las estén pagando. Los vehículos, como las casas, son las propiedades que más gravadas están. Cuando se adquieren, si son nuevos se paga el IVA al Estado y el Impuesto de Matriculación a las autonomías, y si son de segunda mano, hay que pagar el Impuesto de Transmisiones patrimoniales a la comunidad correspondiente. Pero es que además todos los años hay que satisfacer el Impuesto de circulación al ayuntamiento y cada vez que llenas el depósito de combustible, la mitad es para Hacienda. De modo que con todos estos impuestos se supone que las administraciones deberían poder pagar las carreteras.

Se insiste, además, en que van a armonizar el Impuesto de Patrimonio, o lo que es lo mismo, a implantarlo donde no existe, como es el caso de Madrid. Y al ver esto una creería que por tener una casa, unas tierras o unos ahorros no paga, pero nada más lejos de la realidad. Cuando uno compra una vivienda paga IVA o Impuesto de Transmisiones, dependiendo de si es nueva o de segunda mano; pero además todos los años paga el IBIal Ayuntamiento y si no es la vivienda habitual, la tiene que incluir en la declaración del IRPF. Y si la alquilas, pagas por los rendimientos que obtienes, y si la vendes pagas por la plusvalía. ¿Qué sentido tiene pagar también Impuesto del Patrimonio? Ninguno, solo recaudatorio.

Las medidas que se incluyen en el plan enviado a Bruselas tienen otro problema, y es que contradicen el argumentario socialista y podemita de que solo van a subir los impuestos a los ricos. La mayoría de las medidas que se incluyen afectan de lleno a las rentas medias y bajas. Es el caso de los impuestos al diésel, todos los tributos medioambientales y, por supuesto, los peajes de las autovías. Y probablemente no nos libraremos de subidas de impuestos porque los niveles de deuda y déficit no dejan muchas opciones, pero antes de pedirnos este sacrificio, al menos deberían intentar adelgazar la administración y este abultado Consejo de Ministros.

Impuestos bajos, menos fraude

La economía sumergida en España supera el 23%, pero hay grandes diferencias entre autonomías. En Madrid, País Vasco y Navarra –las autonomías con los impuestos más bajos– es donde menos se defrauda.

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