Las zonas oscuras para el despegue de los métodos de pago biométricos
La biometría se presenta como el futuro de los medios de pago. El desbloqueo del ‘smartphone’ y el acceso a información financiera son las actividades más habituales en las que se utiliza actualmente esta tecnología, pero ya han empezado a aparecer nuevas aplicaciones para ejecutar las compras. La biometría es una tecnología de identificación basada en el reconocimiento de una característica física e intransferible de las personas, como por ejemplo, la huella digital, el reconocimiento del patrón venoso del dedo o el reconocimiento facial. «Bien aplicada ofrece mayores garantías de que el usuario que se está identificando es quien dice ser, la suplantación de identidad es más sencilla cuando se utilizan otros métodos de identificación como claves, PINs, tarjetas de acceso o documentos de identificación», indica Patricia García, Senior Manager de la unidad de Digital & Retail Banking en Everis.
Actualmente para el pago digital el sistema más generalizado es la biometría facial, «aunque en establecimientos físicos también se está aplicando el reconocimiento vascular de la palma de la mano en algunos casos», añade la consultora. Y aunque a día de hoy no está muy divulgado su uso y todavía es un método que tiene que evolucionar, «podríamos ver en el futuro como se utilizará la voz para realizar pagos, especialmente en canales online, ya sea en las webs y apps de los comercios electrónico o en las skills de los asistentes de voz».
Tal y como recuerda Fernando Castelló, profesor de ESIC Business & Marketing School, «la idea de medir la retina apareció en los años 20 y en los 60 se desarrolló un método para el reconocimiento facial». Ve en biometría una gran oportunidad, pero también un gran reto y son muchas las startups que están desarrollando aplicaciones con esta tecnología. No obstante, avisa de la importancia de la protección de datos. «Tenemos que ver cómo afrontar los datos en Europa, China o EE.UU. donde la política y la filosofía de la protección de datos es muy distinta y puede condicionar su desarrollo», puntualiza.
La información biométrica de una persona es altamente sensible, se trata de datos personales cuyo principal fin es la identificación y la verificación. El robo o mal uso de esta información tiene un alto impacto. Por eso «uno de los principales retos para la aplicación de la biometría es garantizar la seguridad, tanto de los datos que se tratan, como del software y los dispositivos físicos con los que se ofrece el servicio», resalta Patricia García. Para evitar posibles riegos «es fundamental el desarrollo conjunto de blockchain y tecnología biométrica, es un sistema muy potente y en el que se está trabajando», afirma Castelló.
CaixaBank fue la primera entidad financiera del mundo en ofrecer a sus clientes la posibilidad de realizar reintegros en sus cajeros automáticos mediante reconocimiento facial y sin tener que introducir su PIN. «A principios de 2019, la entidad inició el lanzamiento comercial del servicio y a mediados de 2020 inició el despliegue de los cajeros con tecnología de reconocimiento facial por toda España», indican desde el banco. Se trata de una tecnología con un elevado potencial de desarrollo que se ha ido desplegando progresivamente. Actualmente, el servicio de reconocimiento facial está implantado en los cajeros de 70 oficina Store y a finales de julio de este año está previsto que esté desplegado en los cajeros de las más de 500 oficinas Store de CaixaBank.
Avances significativos
Otro hito importante en este campo ha sido el llevado a cabo por Payment Innovation Hub, ‘hub’ de innovación de España especializado en medios de pago y soluciones para comercios. En 2019 ‘Face to Pay’ convirtió el pago biométrico en una realidad gracias a los pilotos desarrollados con Rodilla y Viena, y en el proyecto realizado en Nestlé Market. También BBVA está desarrollando estos métodos de pago y ha empezado a utilizarlos en las cafeterías y restaurantes de Ciudad BBVA, gestionados por Sodexo.
Según el Observatorio de Tendencias en Medios de Pago 2020 llevado a cabo por Payment Innovation Hub, los españoles se muestran cada vez más dispuestos a utilizar sus datos biométricos como método de pago. Así, 6 de cada 10 personas es favorable y este número todavía se incrementa en perfiles de usuarios más jóvenes. Sobre un mayor uso en esta tecnología, Patricia García cree que la clave para que los usuarios utilicen la biometría como medio de identificación o autenticación «es la confianza en el servicio. Para ello es imprescindible garantizar la seguridad en el proceso y el uso legítimo de la información personal que se recaba de los usuarios».
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