Las tendencias clave para el ‘reset’ turístico español


Pronosticar las tendencias en un entorno empresarial tan cambiante como el que vivimos es más complejo y necesario que nunca. Y detectar los cambios sociales, económicos y culturales y predecir su impacto en los hábitos de consumo es vital en un mundo en el que cada vez se acortan más los plazos de decisión.

La pandemia ha supuesto un crack sin precedentes y sus efectos son aún difíciles de evaluar. De ahí que las herramientas de predicción sean muy relevantes para despejar, al menos, las incógnitas más inmediatas. Y más en el turismo, el sector que más ha sufrido la crisis del Covid-19.

Una de esas herramientas es el informe The Excellence Tourism Shift, realizado por la consultora WGSN para Turium, la agrupación de empresas del turismo de excelencia avalada por Vocento, que revela pautas y claves que permiten vislumbrar el futuro del sector.

En una primera aproximación, el informe identifica cuatro macrotendencias turísticas para 2022: la necesidad absoluta de seguridad e higiene, el contacto con la naturaleza, la búsqueda de experiencias novedosas y la conectividad total. Pero más allá de ellas, hay otras que revelan hacia dónde debe girar la industria turística de excelencia para satisfacer la demanda de los nuevos perfiles de turistas pospandémicos: viajeros multigeneracionales, turistas con un elevado poder adquisitivo, viajeros comprometidos, nuevos aventureros, excursionistas locales, buscadores del bienestar corporal y mental…

Esos nuevos viajeros están dando lugar a las tendencias de consumo turístico que se impondrán en los próximos meses: los viajes multigeneracionales en familia, los viajes con propósito, el microturismo (un turismo de cercanía que busca una inmersión social y cultural en el destino), el auge del Metaverso y las criptomonedas, el impacto de la generación Alpha, los nacidos a partir de 2010, unos actores muy relevantes en la toma de decisión de las familias; el boom de nómadas digitales como los vanfluencers, el nuevo segmento del ultralujo o el turismo de salud, bienestar y regenerador, uno de los nichos turísticos que más está creciendo.

En 2019, el último año prepandémico, España recibió a 83,5 millones de turistas internacionales. En 2020, la cifra cayó un 71%, hasta 18,9 millones. Y las estimaciones para 2021 apuntan que, con suerte, se rozarán los 40 millones. A la vista de las cifras, ¿España tiene que luchar para regresar a esas marcas? La respuesta del turismo de excelencia es un no rotundo. La lucha, ahora, es incrementar los ingresos, no los turistas. Pero las previsiones económicas no son halagüeñas: la CEOE estima el sector turístico aportará al PIB en 2021 entre 66.435 y 77.273 millones de euros. Eso, en el mejor de los casos, es la mitad de los 154.400 millones de 2019.

Este escenario obliga a las empresas turísticas a adaptarse a las nuevas tendencias y a los nuevos viajeros. Según el informe The Excellence Tourism Shift, las empresas turísticas deben trabajar en seis líneas. La principal es garantizar la higiene y la seguridad del viajero. En la búsqueda de esa sensación de seguridad, el viajero va a priorizar cada vez más la intimidad durante sus vacaciones, lo que va a obligar a destinos y establecimientos a garantizar la privacidad. Así mismo, el pasado confinamiento ha hecho que muchos viajeros estén deseosos por volver a destinos lejanos, pero ahora con todas las comodidades de su hogar. Transparencia y flexibilidad deben ser los nuevos mantras del sector turístico, porque sin una política clara de tarifas, reembolsos o cancelaciones los viajeros huirán. Las facilidades digitales, tanto para contratar como para pagar servicios, serán fundamentales si las empresas quieren seguir siendo relevantes. Y la sostenibilidad será un elemento clave para que el viajero se decida por un destino u otro, porque el turista pospandémico quiere vivir experiencias memorables, pero dejando la mejor huella posible en el planeta.

¿Y las empresas y los destinos españoles? ¿Qué necesitan para adaptarse a esas nuevas demandas? «En primer lugar, deben asegurarse de ofrecer una gran variedad de tours, actividades y experiencias que destaquen los valores de la cultura propia. Por otro lado –explica Eloise Phillips, una de las autoras del informe–, siendo España el segundo destino europeo elegido por las familias para pasar unas vacaciones intergeneracionales, las empresas deberían ofrecer una enorme gama de servicios para todos los grupos de edad. El nuevo turismo exige entornos rurales y naturales que garantizan distanciamiento social, descanso y relajación, y España no debería desatender esa parcela. Y existe una tendencia cada vez mayor a hacer rutas cercanas en coche, furgoneta o bici, un nicho de mercado cada vez más premium que requiere servicios turísticos ad hoc».

Ribera del Duero: la cuna española del «solow life»

El ‘slow life’, el retorno a la naturaleza, al bienestar primario y a las raíces, es una de las tendencias turísticas de 2022. Y la Milla de Oro de la Ribera de Duero, con su oferta de turismo enológico, wellness, naturaleza y gastronomía, es su meca española. En ese entorno, y patrocinado por la Diputación de Valladolid, Turium ha presentado su primer informe de tendencias, una  herramienta para ayudar al sector a afrontar su renovación

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