Las startups latinoamericanas comienzan a exhibir músculo


Los ‘unicornios’ también trotan en Iberoamérica. Según la consultora CB Insights, diecisiete startups latinoamericanas ya superan los 1.000 millones de dólares de capitalización, cifra a partir de la que una empresa no cotizada recibe el estatus de ‘unicornio’. Nubank, Kavak, Bitso o Rappi son varias de esas diecisiete compañías que han nacido en alguno de los veinte países que conforman una región con más de 650 millones de habitantes.

«El ecosistema startup ha crecido a pasos agigantados en toda la región y en varios segmentos», dice Marina Pasquali, investigadora de Statista. En los últimos años, muchas empresas tecnológicas latinoamericanas se han expandido a nivel nacional e internacional para captar cada vez más consumidores que migran desde el mercado físico al digital. «Por ejemplo en Brasil, ya existen más de 13.500 startups, cuando en 2012 solo había 2.500», dice Pasquali, citando datos de la Asociación Brasileña de Startups.

El llamado ‘bono demográfico’ es una de las principales ventajas de toda la región. La mayoría de estos países tienen poblaciones muy jóvenes, lo que significa que el número de personas en edad de trabajar es superior a la de aquellas que son económicamente dependientes, como los jubilados. «En América Latina hay mucha juventud, mucho talento, menos competencia y las inversiones son relativamente más baratas para los fondos de EE.UU. o Europa», dice Marcus Dantus, CEO y fundador de Startup México, una aceleradora con sede en México.

El número de fondos nacionales e internacionales interesados en la región ha crecido de manera significativa, según explica Dantus. La debilidad de las monedas latinoamericanas frente al dólar o el euro es un aliciente para invertir en unos países con mercados en desarrollo donde aún no existen algunos servicios que ya hay en Europa o Estados Unidos. «Hay empresas latinoamericanas que tienen innovaciones que podrían competir en países más desarrollados, pero otras copian un modelo que ya existe y lo adaptan», dice Dantus.

Un ejemplo sería Mercado Libre. Creada en Argentina en 1999, es una plataforma de ‘ecommerce’ al estilo Amazon con operaciones en dieciocho países del continente. Mercado Libre es habitualmente citada como uno de los mayores casos de éxito de startup latinoamericana. Empezó a cotizar en el NASDAQ en 2007 a 28,5 dólares la acción. Hoy sus títulos rondan los 1.375 dólares, es decir, un crecimiento del 4.724% en los últimos catorce años.

El número de usuarios de internet móvil en América Latina ha crecido de manera exponencial durante los últimos años, lo que facilita a las empresas tecnológicas la posibilidad de ofrecer servicios digitales a sus clientes. El 54% de la población de la región (350 millones de personas) accedía a internet a través de su móvil en 2019, una cifra superior al 40% de penetración (250 millones) de 2014, de acuerdo con un informe de la asociación GSMA.

Los principales retos que enfrenta el ecosistema de startups son los mismos males que azotan al continente: criminalidad, pobreza, corrupción, inestabilidad política, mercados poco integrados, alto peso de la economía sumergida y falta de acceso al crédito. Cuarenta de las cincuenta ciudades más peligrosas del mundo están en América Latina, según la ONG Seguridad, Justicia y Paz. También debe mejorar el clima para hacer negocios, ya que Chile, en el puesto 62, es el mejor valorado del continente dentro del índice que produce cada año el Banco Mundial.

El escaso crédito, la economía informal y la burocracia son algunos de los lastres que aún persisten

Acceder a servicios financieros es otro gran reto que limita el potencial de las startups. En México, por ejemplo, la mitad de la población no tiene cuenta bancaria. «El acceso a financiamiento resulta complicado en cualquier rincón de la región», dice Pasquali, quien indica que una gran parte del financiamiento proviene de capitales privados o de inversores de capital de riesgo.

Ante la falta de bancarización, muchas startups trabajan en el sector ‘fintech’ para ofrecer herramientas de tecnología financiera como medios de pagos alternativos que permiten a los usuarios acceder a otros servicios digitales. Las criptomonedas también han experimentado un gran crecimiento, ya que funcionan como refugio ante la inflación y la debilidad de sus monedas. «De hecho, la última startup latinoamericana en convertirse en unicornio es Bitso, una plataforma de criptomonedas mexicana», dice Pasquali. Otros sectores que también han visto un gran crecimiento son transporte y logística, incluyendo a servicios de pedidos a domicilio como Rappi.

Disparidad

Dentro del continente hay grandes diferencias entre unos mercados y otros. Mientras que Chile, Brasil o México tienen un ecosistema de startups más desarrollado, Ecuador, Bolivia o Centroamérica todavía están en fase de desarrollo. «A mi juicio, los países con mayor potencial son Brasil, por el tamaño de su mercado interno; México, por su tamaño y cercanía con EE.UU.; y Colombia, por su dinamismo y buen hacer a nivel macro y micro», dice Miguel López de Silanes, consejero delegado de Gedeth Network ‘international market head’ de Family Office Exchange.  

Por ahora son diecisiete las compañías que han alcanzado el estatus de ‘unicornio’, pero Dantus cree que próximamente habrá más empresas dentro de ese exclusivo club. Y apunta a startups mexicanas de ‘fintech’ como Konfío, Clip y Credijusto como claros candidatos.

Source: Noticias

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