"Las restricciones de apertura y horarios para el canal físico en muchas comunidades han dejado de tener sentido"


Mientras que el supermercado es el establecimiento que más crece, debido a la importancia que los consumidores otorgan a la proximidad, el hipermercado recobra el pulso tras la caída de sus ventas durante los años de crisis. Aurelio del Pino, presidente de ACES, no sólo defiende la importancia del comercio presencial, sino que asegura que continuará siendo la vía fundamental para canalizar la innovación.

–¿Cómo es la nueva cesta de la compra?

–Los consumidores buscan actualmente una cesta cada vez más completa, con presencia de productos frescos, especialmente frutas y hortalizas. No obstante, cada consumidor es distinto y el supermercado tiene que ofrecer en su surtido productos adaptados a todos los gustos y bolsillos. Tras la crisis empiezan a aparecer demandas de otro tipo de productos (gourmet, saludables, nuevos preparados o de innovaciones), en un consumidor que vuelve a recuperar su preocupación por la salud y el placer.

–¿Qué es lo que más se demanda?

–El consumidor siempre ha pedido una buena relación calidad-precio. Pero en estos últimos años el mayor peso del condicionante económico ha llevado a una mayor planificación de las compras y a una mayor receptividad de ofertas y promociones. Hay dos grupos que van a cobrar un mayor protagonismo: las personas mayores o «seniors», que reclaman una oferta de productos saludables, con un gran peso en los productos frescos, y los jóvenes o «millenials», que son más receptivos con las innovaciones tecnológicas y más sensibles a la información relativa a la sostenibilidad.

–El consumidor cada vez pide más proximidad…

–La proximidad sigue siendo uno de los factores principales de elección del lugar de compra, pero no el único. También pesan mucho la relación calidad-precio, el surtido de productos frescos y de alimentación envasada, las ofertas complementarias y los servicios que da el propio establecimiento como la entrega a domicilio o las facilidades en materia de horarios, aparcamientos…

–¿Qué deben hacer los supermercados para adaptarse a los nuevos hábitos de compra?

–En un mercado tan competitivo como el nuestro, cada empresa decide sus propias estrategias para ganar el favor del consumidor. Para ello, aunque el mercado sea el mismo, los modelos comerciales son distintos y las empresas tienen que garantizar una coherencia en su oferta y forma de trabajar que el consumidor reconozca y sea capaz de apreciar. A pesar de competir en un mercado maduro, las empresas son muy dinámicas. No sólo hay innovaciones y desarrollos estratégicos en la amplitud o profundidad del surtido o en los productos de marca del distribuidor, sino también en nuevos procesos que algunas veces se ven en la tienda, como nuevos diseños o formatos. En otros casos la innovación se produce en la gestión logística o en la gestión de la propia información, con la incorporación de nuevas tecnologías.

–¿Cómo serán los supermercados del futuro?

–Serán seguramente más tecnológicos, al igual que las cadenas de distribución. A través de las tecnologías del «big data» pueden analizar la multitud de datos disponibles para mejorar y adaptar su oferta comercial.

¿Internet es una amenaza o un aliado?

–Es una realidad que tienen que aprovechar las empresas. Hay que utilizar todos los canales para informar a clientes, escuchar sus sugerencias y proponerles nuevos servicios y facilidades. Lo que ha dejado de tener sentido son las restricciones de apertura y horarios que aún sigue teniendo el canal físico en muchas comunidades autónomas. El comercio presencial continúa siendo fundamental, dentro del concepto de la dieta mediterránea, y seguirá siendo la vía fundamental para canalizar la innovación.

Source: The PPP Economy

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