Las reformas más asequibles para mejorar el aislamiento de tu casa


Mejorar el aislamiento de nuestra vivienda es una magnífica decisión. Disponer de una buena temperatura en casa puede suponer una gran mejora en la comodidad y, a la larga, supondrá un importante ahorro en la factura energética.

Aunque las viviendas construidas en los últimos años cumplen con unos requisitos de aislamiento más exigentes, si nuestra vivienda tiene algunos años es probable que la eficiencia energética no sea su punto fuerte. A la hora de reformar una vivienda para mejorar su aislamiento son varios los elementos en los que se puede actuar: techo, paredes, suelo, ventanas y puerta de entrada.

Pese a que en cualquier vivienda se agradece un buen aislamiento, existen señales que pueden indicar que su mejora es especialmente necesaria: en ubicaciones con temperaturas muy extremas, cuando la factura energética es muy elevada o si existen, por ejemplo, problemas de humedad.

Junto al coste de la mano de obra, al importe de la reforma se sumará también el de los materiales a utilizar, que pueden suponer una importante diferencia de precio. En este sentido, existen en el mercado materiales con alta capacidad aislante que además son bastante económicos, como la lana de vidrio, la espuma de poliuretano, la celulosa y el corcho.

En cuanto a la sustitución de elementos como ventanas y puertas, existen también diferentes opciones en cuanto a los materiales a escoger, de mayor o menor precio. Pero, en muchos casos, este mayor coste se traduce a la larga en un ahorro en el consumo en calefacción y aire acondicionado.

Aislar las paredes, el techo y el suelo

Si el inmueble está en contacto con el tejado del edificio es conveniente saber que por ahí puede escaparse el 35% del calor de una vivienda. Para aislar el techo, si existe una altura suficiente, la reforma más recomendada consiste en colocar un falso techo por debajo del original, que se rellenará con un material aislante. Existen también pinturas aislantes que desvían el calor, pero no son la solución más eficaz.

Si hablamos de aislar paredes, la mejor opción es la colocación de placas de yeso a unos centímetros de las originales, con lo que se genera una capa de aire intermedia que se rellena con material aislante, como corcho o lana de vidrio, con unos precios aproximados de 10 euros por metro cuadrado, o la espuma de poliuretano, aún más económica.

Con esta solución, además, se pueden atajar los problemas de humedad. De hecho, en este capítulo el corcho es un material muy recomendado como aislante, ya que es resistente a los ambientes húmedos, al contrario de lo que ocurre con la espuma de poliuretano.

También el suelo puede ser en invierno una fuente de frío. En este caso, una alternativa eficiente en caso de que la calefacción de suelo radiante no está a nuestro alcance es la colocación de tarima con un aislante debajo, lo que además mejorará el aislamiento acústico. La moqueta, y también las alfombras, son otra alternativa para evitar que se pierda el calor.

Cambiar las ventanas y puertas

Otro elemento con una gran superficie en contacto con el exterior, y del que va a depender mucho el aislamiento térmico y acústico, son las ventanas. Hasta tal punto que pueden reducir hasta en un 70% las pérdidas de energía en un inmueble. Sustituir las antiguas ventanas por otras con material y cristales aislantes es por tanto fundamental.

En este punto del diseño de la reforma los usuarios suelen dudar acerca de qué tipo de ventanas compensará más si se tienen en cuenta tanto la capacidad aislante como el precio. En cuanto al precio, las ventanas de PVC pueden ser algo más caras que las de aluminio con rotura de puente térmico (alrededor de un 10%); pero en lo que respecta al aislamiento es el material más indicado, por lo que a la larga merecerá la pena optar por el PVC. El resultado será una diferencia considerable tanto en la temperatura como en el nivel de ruidos.

La recomendación de los especialistas es optar por ventanas de PVC con doble acristalamiento, con cristal con tratamiento bajo emisivo, capaces de reflectar la energía. Y también insisten en que la elección de los cristales y la instalación de persianas y cajones de persianas aislantes completará la función de la propia ventana.

La puerta del domicilio es otro punto de la vivienda en contacto con el exterior por el que se pierden el calor y el frío. Se puede sustituir por una puerta con aislamiento térmico, con junta isofónica para ayudar a un cierre más hermético y pletina de solape en la parte inferior.


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