Las petroleras se dejan un billón de euros por la caída del crudo


«A este ritmo, sólo resistirá Arabia Saudí». La frase más repetida entre los bróker petroleros lleva la siguiente apostilla: «La duda es saber si podrá sobrevivir uno, dos o tres años». En su guerra por librarse de la competencia de la producción petrolera estadounidense, especialmente desde la irrupción del «fracking», los saudíes han forzado los precios más bajos del barril de crudo desde hace doce años.

Con el Brent –el petróleo del Mar del Norte que sirve de referencia para Europa– por debajo de los 30 dólares, su precio más bajo desde diciembre de 2003, la sangría no se detiene para las grandes compañías petroleras y gasistas.

Con uno de los costes de producción más bajos del mundo (inferior a los cuatro dólares el barril), Arabia Saudí se mantiene por ahora firme en su postura de inundar el mercado de crudo barato aunque le cueste los presupuestos del reino.

La estimación, que parecía descabellada hace apenas unos meses, de que el precio del barril de Brent alcance los 20 dólares ya no sorprende a nadie. Más aún con las tensiones abiertas entre Arabia Saudí e Irán, que comenzará a exportar crudo de nuevo gracias al levantamiento de las sanciones internacionales, lo que complica un acuerdo en el seno de la OPEP, el mayor cártel petrolero, para frenar la producción y la saturación del mercado.

Aunque las grandes compañías petroleras mundiales se han llenado los bolsillos en los tiempos de bonanza, cuando el barril superaba los 100 dólares, todas comienzan a sufrir ya en exceso la caída de los precios.

Baste esta cifra: los 20 mayores productores (entre los que se encuentran firmas controladas por el Estado y privadas) han perdido más de un billón de euros durante el pasado año, el equivalente al PIB de España.

Sólo los países miembros de la OPEP dejaron de ingresar 321.000 millones de euros en 2015, según las estimaciones del Departamento de Energía de Estados Unidos. Entre las compañías más castigadas se encuentra la saudí Aramco, controlada por la familia real al ser propiedad del Estado. Aramco produce 12 millones de barriles equivalentes de petróleo diarios (boepd), el doble que su más inmediata perseguidora, la compañía nacional de petróleos iraní, que con 6 millones de boepd le va a la zaga.

Sin embargo, Aramco puede permitirse la sangría de ingresos por el momento, aunque sea a costa de disparar el déficit público del desértico reino en un 15%.

En peor situación se encuentran las «supermajors», las grandes compañías privadas, con la estadounidense Exxon Mobil a la cabeza. La segunda mayor empresa del mundo a precio de mercado, según la lista elaborada por «Financial Times», sólo superada por Apple, acumula unas pérdidas en los parqués superiores al 15% desde 2015 hasta el cierre de mercados del pasado viernes. Esto supone que vale 45.494 millones de euros menos.

La anglo-holandesa Shell se dejó un 31,48% de su valor en los mercados, una sangría de 37.753 millones de euros. Hasta septiembre de 2015, las grandes petroleras con capital en los mercados y, por tanto, transparentes con sus cuentas, habían de ingresar un 77% menos que en los nueve primeros meses del año precedente, el equivalente a 65.291 millones de euros. Por entonces, el precio del barril de Brent rondaba los 50 dólares. Ahora, se encuentra en los 30 dólares y bajando.

Con los actuales precios, se estima que las pérdidas de las grandes compañías petroleras y gasistas estadounidenses superan los 2.000 millones de dólares, según recogía esta semana «The Wall Street Journal» de acuerdo a un informe de la consultora energética AlixPartners.

Pero no son las únicas en sufrir. El hundimiento afecta especialmente a las grandes petroleras estatales chinas. PetroChina, la sexta compañía con mayor producción (4 millones de boepd), perdió un 46,65% de su valor de mercado el pasado año. De no contar con la titularidad mayoritaria del régimen chino, se habría dejado por el camino 130.000 millones de euros el pasado ejercicio, algo menos que China Petroleum (Sinopec), que valdría 144.054 millones de euros menos. Al desplome de los precios, China suma la inquietante ralentización de su producción manufacturera, incapaz de tirar de la demanda.

Peor aún se encuentra Venezuela, que con las mayores reservas de crudo, ha visto cómo el precio de su barril ha retrocedido hasta los 27 dólares, su nivel más bajo en once años. En un país donde el crudo es monocultivo, cada día con el barril por debajo de los 70 dólares es una hecatombe.

Sin embargo, los saudíes también sufren. Aunque Riad es el principal valedor de la actual sobreproducción de crudo, la compañía petrolera estatal saudí Aramco comienza a notar la caída de ingresos. Aramco anunció recientemente que está estudiando la posibilidad de cotizar en la bolsa del país, tal y como anunció recientemente el ministro de Defensa y príncipe heredero, Mohamed bin Salman, en una entrevista con el semanario británico «The Economist». En la entrevista con el semanario, el príncipe heredero afirmó que la salida a bolsa de la compañía petrolera estatal «iría en interés del mercado saudí y en interés de Aramco», que, según los analistas, sería probablemente la compañía más valiosa del mundo. Además, favorecería la «transparencia» y contrarrestaría «la corrupción que pueda estar rodeando a Aramco, si es que la hay», afirmó. Creada en 1933 bajo propiedad estadounidense, en 1988 pasó a ser de titularidad pública saudí.

Pese al secretismo que la envuelve, se estima que Aramco tiene reservas de crudo equivalentes a 265.000 millones de barriles, más del 15% de los depósitos del mundo. La venta de parte de sus activos permitiría al Gobierno saudí recaudar fondos para afrontar un déficit presupuestario de unos 100.000 millones de dólares, profundizado por la caída en el último año y medio del precio del crudo.

Source: The PPP Economy

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