"Las humanidades, más allá de la ética, son vitales para los profesionales de la empresa"


Llama la atención hoy en día un religioso tan joven. El periodista se ve impelido a plantearle, entre risas, una pregunta: «¿Qué hace un chico como tú en un lugar como éste?». Entre carcajadas asegura: «Soy el penúltimo heredero en España». Cuenta que está aquí, al frente de ESIC, «porque me han llamado». Quiso venir al ESIC cuando terminó sus estudios de Teología y Filosofía, pero sus superiores le dijeron –cosas de la obediencia– que mejor cursara un grado de Derecho Civil. Descubrió su vocación en el Noviciado, «a donde fue a probar y a pensar sobre mí mismo». Empezó a estar a gusto y, cada día, «me sentía más feliz, realizado y libre. Descubrí una llamada especial y me puse en manos de la Congregación».

– ¿Le preocupa el futuro de su orden? ¿Se llega a plantear si su sucesor será un reparador o alguien ajeno a ella?

– Sí, pero no de forma latente. Tenemos, como todas, un problema de vocaciones. Debemos pensar cómo transmitir a la gente joven que nuestra vida tiene mucho sentido y que hacemos una contribución muy interesante a la sociedad.

– ¿Qué retos estratégicos se ha marcado ESIC para los próximos años?

– Los anteriores directores me dejan una escuela que se halla en un buen momento, cuyo número de alumnos y programas sigue creciendo y su consolidación en el mundo empresarial es indiscutible. Nueve campus, más de 50.000 antiguos alumnos. El desarrollo ha sido importante, lo que nos llevó el año pasado a plantearnos nuestro futuro de aquí a cinco años: ¿o nos mantenemos o seguimos creciendo? Un equipo de 30 personas, que se ha dedicado un año entero a pensar, ha marcado tres objetivos principales y un eje vertebral. Primero, afianzar nuestro liderazgo en marketing y economía digital. Segundo, revisar y adecuar toda la oferta académica para competir en un mercado cada día más global. Y tercero, reestructurar la organización para asumir estos retos. Pero, por encima de todo, el alumno. Nuestra razón de ser es su competitividad laboral y su empleabilidad.

– ¿Cómo debería ser ESIC en 2020?

– Una escuela nacional con proyección internacional, muy centrada en el marketing, entendiéndolo como una filosofía integral, y cuyos alumnos, globales, multiculturales y competitivos, aporten valor real a su empresa.

– ¿Esta satisfecho con la internacionalización de ESIC? ¿Tienen planes para aumentar su implantación en el extranjero?

– Estamos persuadidos de que la internacionalización de la escuela hay que hacerla desde dentro. Todo graduado o postgraduado de ESIC debe estar preparado para competir en un entorno global y que ya desde las aulas viva una experiencia que trascienda nuestras fronteras. Más allá de fomentar relaciones con otras universidades, debemos centrarnos, por ejemplo, en desarrollar más programas bilingües o en contratar más profesores foráneos. Además de los españoles, tenemos campus en Brusque y Curitiba (Brasil) y el próximo curso pondremos un pie en la ciudad de Sao Paulo. También estamos estudiando apostar por India.

– ¿Se conforma con la actual influencia de ESIC en la sociedad española?

– Prestaremos un buen servicio a la sociedad en la medida en que formemos buenos profesionales y profesionales buenos.

– ¿Por qué valor le gustaría que destacaran los egresados de ESIC?

– Sobre todo que sean profesionales responsables. Profesionales que aciertan y yerran, pero que asumen las consecuencias de sus decisiones.

– ¿Están cambiando las nuevas tecnologías el fondo de una escuela como ésta?

– ICEMD –el Instituto de Economía Digital de ESIC–, aparte de contar con una de las ofertas formativas más completas de Europa, está siendo decisiva en el proceso de digitalización de la propia escuela. Nos está ayudando a revisar sistemas, procesos, protocolos… con el fin de que la integración sea total, los canales de comunicación, más rápidos y la organización, más flexible y eficiente. Seguiremos siendo una escuela presencial. No vamos a abandonar las aulas porque lo que sucede en ellas –la transmisión de experiencias, los debates, los intercambios de opiniones…– no se puede transmitir completamente on-line.

– ¿Considera necesario incrementar el componente deontológico y ético en la formación que imparte ESIC?

– Difundir valores éticos y la racionalidad en los negocios forma parte de la misión de ESIC. Esta formación ha de ser vertical, con asignaturas específicas, y transversal porque debe inspirar todas las materias. El objetivo es que, además de conocimientos, adquieran habilidades, las interioricen y las hagan vida. Las humanidades, más allá de la ética, son vitales. Es la tendencia vigente en las escuelas norteamericanas. Todo alumno de ESIC debe conocer las aspiraciones profundas del ser humano y ser capaz de diseccionar la herida social y cerrarla.

Pionera en marketing

Fundado en 1965 por la Congregación Religiosa de los Sacerdotes del Corazón de Jesús (Padres Reparadores), ESIC es pionera en estudios de marketing en España. En aquella época, casi nadie sabía nada sobre esta disciplina ni sospechaba la importancia que cobraría con el paso del tiempo. Imparte la mayor oferta educativa de grado, postgrado y «executive education» de España especializada en el área del marketing y la gestión empresarial. Más de 5.000 alumnos pasan cada año por sus aulas. Esta escuela de negocios tiene la prioridad de formar profesionales empleables, competitivos y responsables. Su crecimiento y su prestigio son consecuencia de su proximidad al mundo de la empresa y de un profesorado, que compatibiliza su actividad profesional con la docente.

EL PERFIL

El nuevo director general de ESIC es un salmantino de 34 años, miembro de la Congregación Religiosa de los Sacerdotes del Corazón de Jesús (Padres Reparadores), licenciado en Teología y Derecho por la Universidad Pontificia de Salamanca. Eligió este camino tras terminar sus estudios en el colegio de esta orden en Alba de Tormes. Eduardo Gómez ha estado en los últimos seis años formándose en la propia escuela de negocios, donde además ha ejercido como adjunto del hasta ahora director general, Simón Reyes Martínez Córdova.

Source: The PPP Economy

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