Las claves de una industria en su apogeo
Tanto Aefol como APeL (Asociación Española de Proveedores de E-Learning) cuentan con una dilatada experiencia en la promoción e impulso de los valores del ‘e-learning’, a través de encuentros profesionales, acciones divulgativas, congresos nacionales e internacionales, etc. En el caso de la primera, ultima los detalles de la organización de Expoelearning Virtual (20 y 21 de octubre), dentro de la edición, también virtual, de la Semana de la Educación (Ifema-Feria de Madrid), donde el 3 y 4 de marzo de 2022 se celebrará la edición presencial, la vigésima,de este prestigioso encuentro. Como destacan desde Aefol: «Hemos nombrado a Madrid, ‘Capital Mundial del e-learning en español’, para convertirla en el centro de la industria de desarrollo de la formación online en España para todo un mercado potencial de más de 580 millones de personas».
APeL, por su parte, ratifica su compromiso con la proyección de esta modalidad formativa en Latinoamérica. Así, del 23 al 25 de noviembre, se celebrará Digital Learning–Expo APeL (en modalidad online). «el punto de encuentro de referencia del sector en Hispanoamérica, para conectar la oferta y la demanda del sector en un mismo idioma, con la participación de instituciones, asociaciones, entidades de formación y empresas españolas y latinoamericanas de países como Colombia, México, Panamá, Ecuador y Perú».
Representantes de ambas entidades repasan las claves de una actividad en claro auge.
Isabel Fuentes, directora comercial de aefol y expolearning«El ‘e-learning’ obliga a innovar constantemente»
¿En qué «estado de revista» se encuentra el mercado de la formación online en España?
El «e-learning», la formación impartida a través de Internet (nunca hablo de formación a distancia), está en su mejor momento, después de 26 años de desarrollo en España (comenzó en 1995 con la UOC). Este buen estado se debe, sobre todo, a la aparición de centenares de empresas, también en América Latina, que están renovando los modelos actuales, con la tecnología más moderna (Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Blockchain…) y ofrecen más libertad y personalización en el aprendizaje. Estamos iniciando la era del «e-learning 2.0», una nueva época con plataformas mucho más desarrolladas y modelos centrados en el estudiante que rompen con una formación tradicional (aún más, después del uso masivo de la tecnología durante la pandemia del Covid-19). En 2021, solo en España, se han realizado compras de empresas, universidades y centros de formación profesional por un valor superior a los 2.300 millones de euros. Es un dato espectacular, que demuestra su buen estado en España, en línea a lo que está pasando en todo el mundo.
¿En qué aspectos deben mejorar las empresas su formación ‘in company’?
Sobre todo en I+D, en Innovación y Desarrollo constante. Invertir en innovación es apostar por crear un futuro mejor, más sostenible y accesible a la formación continua para todos. Sin ello, las empresas perderán competitividad y calidad. El ‘e-learning’ (que tiene, básicamente, tres componentes: tecnología, contenidos y servicios), obliga a innovar constantemente. Las empresas que no lo hagan quedarán fuera del mercado.
¿Cómo pueden incrementar las instituciones púbicas su apoyo a la formación online?
El Gobierno español, incluido los autonómicos, deberían fomentar, potenciar, cuidar y ayudar a desarrollar este sector, con un mercado potencial de 580 millones de personas que hablan y estudian en nuestro idioma. El «e-learning» es global: un estudiante de cualquier país puede formarse en centros y universidades españolas. Nuestros gobernantes deberían saberlo y por lo tanto, fomentar, entre otras medidas, que en todas las Facultades de Pedagogía, y también en Informática, se incluya el «e-learning» como asignatura de obligado conocimiento y ayudar a las ferias, que son motor de la economía.
Pedro J. Gómez/ CEO de recursos educativos (DRED)«El apoyo institucional es muy necesario»
¿En qué «estado de revista» se encuentra el mercado de la formación online en España?
La formación online se encuentra en constante evolución, adaptándose a los continuos cambios, tecnológicos metodológicos y administrativos. El cambio más destacable en los últimos meses es la consolidación del aula virtual como metodología formativa (normalizado en la formación que impartían grandes empresas, que se caracteriza por tener a su personal muy repartido geográficamente, pero su uso era residual tanto en FPE como en formación reglada).
Unidas al uso intensivo del aula virtual, están teniendo un gran auge las «videopíldoras» formativas como recurso educativo idóneo. Y vivimos un avance importante en formación reglada, ya que las consejerías de educación comienzan a exigir ciertos niveles de calidad para permitir a los centros impartir ciclos en esta modalidad (para las Consejerías de Educación de las CC.AA., es de gran utilidad apoyarse en el sello de calidad APeL–AENOR, que establece los parámetros bajo los que tienen que estar diseñados los contenidos.
¿En qué aspectos deben mejorar las empresas su formación ‘in company’?
En este punto deberíamos distinguir dos tipos de empresas: las que son conscientes de la importancia de la formación para la competitividad de sus empresas, y las que no lo son. Las segundas deben hacer una reflexión profunda sobre la importancia que tiene la formación, especialmente en un entorno tan cambiante como el actual. Por otro lado, las empresas que implantan programas de formación deben incorporar las tres metodologías existentes: presencial, aula virtual y elearning, para beneficiarse de las ventajas de cada una de ellas; teniendo en cuenta tanto la materia a tratar (algunas requieren una modalidad en particular) como la dispersión geográfica de sus empleados
¿Cómo pueden incrementar las instituciones púbicas su apoyo a la formación online?
En el sector de la formación, en concreto en la formación profesional para el empleo, el apoyo institucional es muy necesario (la mayoría de los fondos en este sentido proceden del gobierno). Este apoyo gira en torno a dos ejes fundamentales: la publicación de las distintas convocatorias que financian los proyectos formativos y, por otro, la creación de un entorno legislativo estable y adaptado al mercado.