Las aerolíneas despegan hacia la recuperación pendientes de los ‘semáforos’ de Boris Johnson
Las aerolíneas comienzan a dar carpetazo a la peor etapa de su historia después de 15 meses perdidos, con aviones empolvados y sobreviviendo a base de engordar sus pasivos. Un panorama absolutamente en contraste con la realidad de las compañías tan solo unas semanas antes de la aparición del coronavirus, cuando coleccionaban récords de pasajeros a espuertas. Tan solo en 2019 pasaron por los aeropuertos españoles más de 275 millones de viajeros, según datos de Aena, y ya el sector ponía el foco en alcanzar los 300 millones.
Y esa es la realidad hacia la que quiere aterrizar ahora el sector, aunque consciente de que ese escenario no llegará al menos hasta 2024 según dictan las previsiones de organismos internacionales como Eurocontrol. «La recuperación será lenta. Hasta mayo se han registrado el 18% de los pasajeros que viajaron en 2019. Estamos todavía en modo supervivencia, pero ya orientados hacia la recuperación que esperamos que empiece este verano», afirmó el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y responsable de Easyjet para el sur de Europa, Javier Gándara. En concreto, ALA estima que la actividad de las compañías alcanzará este verano el 58% de la registrada durante el verano de 2019.
Pero las imágenes de pasillos desérticos y puertas de embarque semivacías comienzan a desaparecer de los aeropuertos españoles. Ya en mayo, con el fin del estado de alarma, los vuelos nacionales comenzaron a reactivarse y las islas volvieron a recobrar el pulso, mientras que los internacionales comienzan a coger fuerza ahora con la relajación de las restricciones para entrar a España desde el pasado siete de junio.
Así las cosas, a la espera de la entrada del certificado digital Covid de la UE el próximo 1 de julio, los ciudadanos comunitarios pueden entrar en territorio español vía aérea presentando un certificado de vacunación o de recuperación, además de la prueba de antígenos (mucho más asequible que las PCR que se exigían anteriormente). En el caso de naciones extracomunitarias como Reino Unido e Israel, dentro de la lista del Gobierno de países con muy baja incidencia de Covid-19, sus ciudadanos pueden entrar sin acreditar ningún tipo de prueba desde esa misma fecha. Una laxitud que ya notan los aeropuertos más dependientes del turismo, como el de Palma de Mallorca.
De hecho, la demanda hacia estos destinos no deja de dispararse y se prevé un verano con tránsitos casi prepandémicos. La principal aerolínea alemana, Lufthansa, ya ha anunciado que dispondrá de uno de los aviones de mayor capacidad de su flota (Boeing 747-800) los fines de semana del verano desde Frankfurt y Munich hacia Mallorca para satisfacer unas reservas que no dejan de multiplicarse en las últimas semanas. Una tendencia que también confirmó el secretario de Turismo, Fernando Valdés, durante la asamblea de ALA tras asegurar que es el mercado alemán el que mejor comportamiento muestra en los indicadores de demanda.
Pero es en el Reino Unido, nuestro principal mercado emisor, con 18 millones de turistas en 2019, donde están puestas todas las miras. Porque a pesar de que sobre los visitantes británicos no recae ningún tipo de requisito para cruzar las fronteras españolas, sí las padecen para volver a su origen, con cuarentenas de diez días y dos pruebas PCR que deben pagar de sus bolsillos. Es el famoso ‘semáforo’ del Gobierno de Boris Johnson para destinos seguros que todavía no pone a España en verde y que contiene el ‘boom’ de reservas esperado por el sector para estas fechas.
400 millones a la semana
Un palo que es transversal a todo el mercado del turismo y por el que, consecuentemente, la economía española podría perder cerca de 400 millones de euros cada semana que perdure la norma, según cálculos de la patronal turística Exceltur. Por el momento, el Gobierno de Reino Unido se plantea eximir de la cuarentena a los ciudadanos con pauta de vacunación completa (unos 30 millones), pero no baraja una mayor apertura al menos hasta mediados de julio ante la preocupación por la propagación de la variante india del Covid-19.
El enfado con el Gobierno ‘tory’ por parte de algunas aerolíneas es mayúsculo y algunas compañías como Ryanair preparan medidas legales contra el sistema de ‘semáforos’ de Johnson por su «escasa transparencia».
Causa a la que se ha unido el Manchesters Airports Group (MAG), grupo que controla los aeropuertos de Manchester, London Stansted y East Midlands. «El Gobierno no está siendo franco y simplemente no podemos entender cómo está tomando decisiones que son fundamentales para nuestra capacidad de planificación y para dar a los clientes la confianza de reservar viajes con antelación. Estas cuestiones deben resolverse urgentemente –y antes del punto de revisión de finales de este mes– para que todo el mundo entienda cómo funciona el sistema», apostilló el CEO de MAG, Charlie Cornish.