La vía preventiva


El desafío a los compromisos de estabilidad presupuestaria no tiene, desde el punto de vista técnico, ningún sentido. La restricción del gasto, junto con los menores ingresos tributarios y por cotizaciones en el último tramo del pasado año, se ha saltado a la torera. Ahora, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha aplicado una de las medidas que contempla la Ley de Estabilidad Presupuestaria. La vía preventiva es la primera opción, pero la legislación habilita al Gobierno para aplicar la vía correctiva a quienes se salten los objetivos. Ante una desviación del déficit, sea quien sea el culpable, el responsable ante Bruselas es España. Cualquier sanción recae sobre el Estado. Sin embargo, éste está facultado para repercutirlo en los incumplidores. En 2015, tanto las administraciones locales como el Estado han cumplido. El desajuste proviene de la Seguridad Social, ante los menores ingresos, y de las comunidades, por el incremento del gasto. Si las regiones rebeldes se empeñan en desafiar a Montoro, no le quedará más remedio que aplicar la ley. Una ley que le permite otra vía, la correctiva, extremadamente perjudicial para aquellas instituciones a las que sea necesario aplicarla. Montoro puede congelar la parte de la participación de las autonomías, congelar las transferencias y hasta replantearse el acceso de las regiones al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). En otras palabras, podría llegar a cortar el grifo a las regiones incumplidoras. Algo que nadie, especialmente las regiones rebeldes, desea.

*Socio director de F&J Martín Abogados y profesor de Derecho Financiero UCM

Source: The PPP Economy

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