La UE abre la puerta a emitir eurobonos de baja intensidad
– En pleno debate sobre el futuro de la zona euro, Bruselas sigue haciendo propuestas. Pero las ambiciones son cada vez menores, ante la oposición contumaz de los países del Norte de poner en marcha iniciativas que conlleven la mutualización de riesgos y mecanismos de solidaridad para hacer frente a las crisis. La Comisión Europea propuso ayer un sucedáneo de eurobonos –que no impliquen posibles pérdidas– a partir de una fusión parcial de la deuda de los países europeos y su conversión en un producto financiero cuyo riesgo sería asumido por los inversores europeos, nunca entre los países de la divisa común.
Cada país seguiría responsabilizándose del posible impago de su deuda de manera proporcional a su posición en estos nuevos productos financieros. La razón de esta propuesta estriba en romper el vínculo entre sector bancario y deuda soberana, que perjudica especialmente a los países más castigados por la crisis para que los inversores diversifiquen sus carteras. Actualmente, los bancos de los países europeos tienen una exposición muy elevada a la deuda de su país, lo que puede ocasionar tormentas perfectas cuando se desatan turbulencias en los mercados financieros.
Los bonos de deuda nacionales tienen un estatus preferencial que les permite un menor aprovisionamiento ante los riesgos que se traducen en menores reservas de capital. Éste ha sido precisamente uno de los factores que ha propiciado la compra de bonos durante los peores momentos de la crisis.
Aunque serían los bancos de inversión privados los que se encargarían de empaquetar estos nuevos productos con la suma de la deuda soberana de los países de la zona euro, Bruselas promete otorgar a este producto el mismo tratamiento que reciben los bonos públicos. Una ventaja que constituye una de los principales cebos para atraer a los inversores.
Además, la fusión de los bonos de deuda será proporcional al peso del país dentro del BCE. En este caso, a España le corresponde el 12,5% y habrá varios tramos. El nicho más seguro estará compuesto por un 70% de países con una calificación crediticia sólida, como el caso de Alemania, y los inversores siempre recuperarían su dinero. El 30% albergaría la fusión de los bonos de países menos fiables y los inversores podrían sufrir quitas o impagos.
El peligro de esta propuesta, que queda a medio camino, reside en no contentar realmente a nadie: ni a los países más solventes ni al resto. Berlín, cuyo bono actúa como refugio, puede acabar temiendo que los mercados acaben penalizando de manera indirecta su deuda y los países más castigados pueden seguir teniendo problemas para colocar su deuda nacional.
La llegada a Italia de un Gobierno de corte populista contribuye a crear más suspicacias en Berlín y los países del Norte. Francia y Alemania siguen intentado trazar un plan de cara a la cumbre que se celebrará los días 28 y 29 de junio en Bruselas. El propósito es trazar un plan de reforma de la zona euro, pero cada vez hay menos voces que crean en que esto sea posible.
Source: The PPP Economy