La quiebra del sistema
Los sistemas públicos de pensiones se fundamentan en el reparto intergeneracional: los trabajadores en activo pagan las pensiones de los jubilados actuales a cambio de que los trabajadores del futuro les paguen sus pensiones cuando se jubilen.
La aparente lógica interna del sistema quiebra, empero, cuando la proporción entre trabajadores y jubilados se vuelve adversa para los segundos: esto es, cuando el número de empleados se reduce en relación con el número de perceptores de una pensión.
Actualmente, España cuenta con alrededor de dos trabajadores por pensionista: una ratio que, a lo largo de las próximas décadas menguará hasta un trabajador por pensionista. Semejante declive es inevitable y ni siquiera una fuerte creación de empleo podría contrarrestarlo: de hecho, la ratio de un trabajador por pensionista ya presupone que nuestra economía creará durante las próximas décadas más empleo del que jamás ha creado.
El único factor que verdaderamente podría evitar la contracción de esa decisiva ratio sería una fortísima entrada en el país de inmigrantes que, sin embargo, no parece regulatoriamente demasiado probable.
Pues bien, el declive en la cobertura de las pensiones conducirá a un inevitable recorte de las mismas.
Sin necesidad de ir demasiado lejos, las reformas de PSOE (2011) y de PP (2013) ya han puesto en marcha la tijera, de tal modo que, durante los años venideros, las prestaciones de jubilación en España se verán gravemente disminuidas en hasta un 40% en términos relativos.
¿De dónde sale esta cifra? Actualmente, un pensionista percibe como pensión de jubilación más de un 70% de los salarios que estuvo cobrando durante su etapa laboral: pues bien, en el año 2050, ese porcentaje –técnicamente conocido como «tasa de sustitución»– disminuirá alrededor del 45%.
A este respecto, no es que España vaya a ser un país excepcionalmente antisocial con respecto a nuestro entorno.
De hecho, será más bien al contrario: en la actualidad, España es el espacio europeo que está abonando unas mayores pensiones públicas en relación a los salarios de la economía; y en 2050, cuando ese porcentaje se reduzca hasta el ya mentado 45%, seguirá siéndolo (puesto que en el resto de Europa también disminuirá). Los cantos de sirena entonados por Unidos Podemos, que evidentemente prometen un irreal y utópico futuro de pensiones permanentemente expansivas para así captar el voto de los jubilados, no son más que propaganda política que nos abocaría al colapso del sistema de la Seguridad Social.
A la postre, si suprimiéramos las reformas aprobadas por PP y PSOE, los desembolsos pensionales crecerían por año una media de 5,3 puntos del PIB hasta el año 2057.
¿Cuánto representan 5,3 puntos anuales del PIB? Pues alrededor de todo lo que recaudamos a través del IVA. O dicho de otra manera, para mantener las pensiones públicas sin recortes habría que lograr una recaudación adicional que equivaliera al doble de la recaudación actual por IVA.
Pero recordemos que el grupo de Unidos Podemos no sólo defiende frenar todos los recortes, sino continuar incrementando las pensiones: una entelequia populista completamente inviable.
Siendo éste el futuro de las pensiones de jubilación, ¿qué nos queda? Pues poco más que ahorrar todo lo que podamos: ahorrar para hacer frente al tijeretazo que inexorablemente se nos viene encima.
Hace apenas unos días, Analistas Financieros Internacionales estimó que, para compensar el futuro recorte de las pensiones, un jubilado de 67 años deberá contar con un patrimonio medio de 63.000 euros. Ése es, por lo tanto, el mínimo que necesitaremos para compensar el descalabro de ese fraude piramidal al que denominamos sistema público de pensiones.
Inditex cae en bolsa
Inditex es una de nuestras multinacionales más emblemáticas. Sin embargo, ninguna gloria es eterna –especialmente en una economía globalizada donde la presión competitiva puede aparecer desde cualquier rincón del planeta– de hecho, la mayoría de los analistas han comenzado a pronosticar una reducción de sus márgenes de beneficios en 2017. Por este motivo, su cotización bursátil se hundió el viernes: menores beneficios esperados implica desplomes en las cotizaciones. Pero esto no significa que Inditex no pueda volver a incrementar sus ganancias a un ritmo acelerado: sólo significa que, en el capitalismo, nadie puede dormirse en los laureles y todo el mundo debe esforzarse por crear más valor que la competencia.
Becarios senior
La CEOE propuso esta semana flexibilizar la ley para que las personas de más de 45 años puedan incorporarse a una empresa como becarios. La sugerencia ha generado polémica entre sindicatos y formaciones políticas al considerar inaceptable que un profesional senior pueda verse humillado, social y económicamente, a esa condición. Sin embargo, no deberíamos desdeñarla tan rápidamente: en una economía dinámica y cambiante existen sectores que pueden desaparecer por entero. En tal caso, los trabajadores desempleados –de cualquier edad– pueden verse abocados a reciclarse en otros sectores: es ahí donde la figura del becario para cualquier edad sí podría tener sentido.
Por una prórroga de los presupuestos
El Gobierno aún no ha presentado los presupuestos generales de 2018. ¿El motivo? La falta de apoyos suficientes en el parlamento. Para muchos analistas, este bloqueo resulta negativo para la economía, pues impide que el Ejecutivo cuente con dotación financiera para nuevas políticas públicas. Sin embargo, la congelación de estos puede ser una buena noticia, concretamente para cumplir los objetivos de déficit: prorrogar los presupuestos de 2017 implica congelar el gasto público en un contexto de crecimiento de los ingresos públicos. Por tanto, supondría terminar de equilibrar las cuentas del Estado y comenzar a amortizar la deuda pública.
Source: The PPP Economy