La oposición carga en bloque contra Escrivá y su reforma de las pensiones


Lejos del consenso con el que se aprobaron las recomendaciones del Pacto de Toledo -y en el que se ha amparado reiteradamente el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, para defender su reforma del sistema de pensiones- la comisión parlamentaria ha sido hoy el escenario de una cascada de críticas unánimes por parte de toda la oposición al acuerdo firmado. Un texto del que se han distanciado todos los grupos y al que han negado su apoyo.

La portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, ha tomado la palabra ante el ministro para afearle la reforma en partes planteada por el Gobierno, que convierte al acuerdo firmado en «un trailer edulcorado de lo que está por venir», y ha recordado como el propio Escrivá, «en un ataque de verdad», reconoció que los ‘baby boomers’ tendrán que elegir entre trabajar más o asumir ajustes en su pensión. Gamarra ha tildado de error la derogación de la «exitosa» reforma de 2013, lo que le ha criticado en el turno de réplica el ministro, quien, visiblemente molesto, le ha espetado «que la reforma de 2013 implicaba una pérdida de poder adquisitivo del 40%».

También el diputado de Vox Pablo Sáez ha cargado contra la «falta de credibilidad» del Gobierno y ha apuntado a que los recortes están por llegar. Teoría a la que se ha sumado Ciudadanos, que ha mostrado su inquietud en torno dos cuestiones concretas del acuerdo: una vinculación de las pensiones con el IPC que «roza lo irresponsable» y la falta de medidas que garanticen la sostenibilidad en el largo plazo, según María Muñoz.

Tampoco los socios parlamentarios del Gobierno han mostrado su apoyo a Escrivá. E incluso Unidas Podemos le ha lanzado serias advertencias. La diputada Aina Vidal ha asegurado que el acuerdo «está bien, pero no es suficiente» y ha marcado el terreno de cara a la negociación del nuevo mecanismo de equidad intergeneracional. «Estaremos a su lado para dar garantías y pagar pensiones dignas, pero no se nos desvíe». «No vamos a aceptar recortes ni fórmulas raras», ha dicho tras criticarse sus declaraciones sobre los ‘baby boomers’. «Extraña forma de explicar un acuerdo el centrarse en algo que no forma parte de él», ha dicho. «Los que tenemos ciertas responsabilidades no podemos permitirnos tener días malos», ha dicho en alusión a la rectificación del ministro.

Tampoco el bloque nacionalista ha mostrado su apoyo. «No nos vale esta reforma de brocha gorda que esconde un recorte encubierto», ha dicho Jordi Salvador de ERC, grupo que ha asegurado «no va a ser cómplice» de ello. El PNV por su parte ha dejado claro que el Gobierno puede tener problemas para sacar adelante los Presupuestos si no negocian con ellos las cuestiones pendientes en materia de Seguridad Social y ha reconocido ser «muy crítico» con el acuerdo planteado. «A pesar de que somos socios nos tenemos que enterar por la prensa de los contenidos del acuerdo», ha dicho exigiéndole al ministro un cambio de actitud.

Oskar Matute, diputado de EH-Bildu, ha ironizado con las palabras del ministro en las que aseguraba que el pesimismo de la sociedad con las pensiones no se corresponde con la realidad. «¿No ven los pensionistas cómo se ha vaciado la hucha de pensiones para cosas que no tienen que ver con las pensiones y constatan que tienen que trabajar más y por más tiempo?», ha dicho. «Hay cosas que están bien pero creemos que hay aspectos negativos que no nos gustan y que no vamos a apoyar» y ha avanzado movilizaciones en las calles para revertir algunas de las medidas.

Por su parte, el PDeCat, Genís Boadella, ha criticado que la reforma se base en «parches» y ha pedido una solución global. Una crítica que también ha lanzado la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, que ha sido muy dura tanto con el fondo del acuerdo como con las formas: «Aprueban el Anteproyecto sin los elementos conflictivos y los aplaza a noviembre, ¿no estarán pensando traerlos como una enmienda a la tramitación?», ha dicho. El ministro ha criticado después a Oramas y le ha acusado de hacer un discurso «inconsistente» y estar en el «regate político».

También la CUP, ha denunciado los «recortes» de Escrivá pues, según su diputado, Albert Botran, «el planteamiento de base ya es falso, ya que se nos cuenta que en el futuro faltarán cotizantes por la pirámide demográfica, pero no hay un problema demográfico, sino de paro y de salarios bajos», ha zanjado.

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