La OCDE revisa al alza el PIB de España al 2,8 % en 2017 y 2,4 % en 2018


La OCDE revisó hoy al alza sus perspectivas sobre el crecimiento de la economía española tanto para este año como para el próximo para equipararlas a las de la Comisión Europea, teniendo en cuenta que la demanda interna y las exportaciones van a seguir tirando de la actividad.

En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indicó que el producto interior bruto (PIB), que había subido un 3,2 % en 2016, subirá un 2,8 % en 2017 (cinco décimas más de lo que anticipaba en noviembre pasado) y un 2,4 % en 2018 (dos décimas más).

Esas cifras se aproximan a las últimas previsiones del Gobierno, que en su actualización del Programa de Estabilidad presentado a finales de abril, auguraba un incremento del PIB del 2,7 % este ejercicio y del 2,4 % el próximo.

La organización reconoció que las dificultades que podrían derivarse de un Gobierno en minoría que no pudiera sacar adelante su agenda de reformas significaría una expansión económica menor.

Los autores del informe señalaron que el ritmo de crecimiento se va a ralentizar conforme dejen de tener efectos los bajos precios del petróleo y las rebajas de impuestos.

Pero también dijeron que la creación de empleo (la tasa de paro debería pasar del 19,6 % de media en 2016 al 17,5 % en 2017 y al 16 % en 2018) continuará favoreciendo el consumo interno, que está siendo uno de los principales vectores de la recuperación, junto al sector exterior.

Con respecto a este último aspecto, la OCDE indicó que las exportaciones van a aumentar a una cadencia superior a la de las importaciones (un 6,7 % frente al 5,5 % en 2017 y un 5 % frente al 4,9 % en 2018).

De forma que la balanza comercial, que ya contribuyó con cinco décimas al ascenso del PIB el pasado año, volverá a aportar otro tanto en 2017 y dos décimas en 2018.

Los autores del estudio consideraron que España podrían sacar más partido de la globalización y estimular la productividad reduciendo las barreras en la regulación de los mercados de productos y favoreciendo la inversión en investigación e innovación.

Otro de los retos que fijaron fue disminuir la dualidad del mercado laboral y mejorar las capacidades de la mano de obra, sobre todo con una mejora de la formación profesional para adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado de trabajo en el contexto de la globalización.

La OCDE hizo notar que el repunte temporal de la inflación en el primer trimestre tuvo un impacto negativo sobre el consumo, pero a pesar de todo el empleo y la confianza de los consumidores continuó reforzándose, al tiempo que la inversión siguió en alza.

La organización calculó que la inflación media este año se situará en el 2,3 % (había sido del -0,3 % en 2016) para moderarse al 1,4 % el próximo.

La corrección al alza de las perspectivas del PIB tiene su correlato también en la evolución de las finanzas públicas, más favorables que lo anticipado en noviembre.

El déficit público debería caer del 4,5 % del PIB el pasado año al 3,1 % en 2017 y al 2,3 % en 2018. Y la deuda pública, del 99,4 % en 2016 al 99 % en 2017 y al 98,6 % en 2018.

Source: The PPP Economy

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