La nueva política del BCE y de la Fed cambia la escena: «El mercado le ha dado un aviso a España»


Se preveía que el anunciado giro en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) generara alguna que otra tensión en los mercados de deuda, especialmente en las economías periféricas como España, caracterizadas por un alto nivel de endeudamiento público. Lo que no se preveía es que el mercado reaccionara tan rápido y con tanta intensidad. La decisión tomada el pasado miércoles por la Reserva Federal de Estados Unidos de acometer la mayor subida de tipos (0,75 puntos básicos) desde el año 1994 para contener la inflación desencadenó un pequeño ataque de pánico en los inversores que disparó la prima de riesgo de España hasta los 138 puntos. Peor aún le fue a Italia.

La sobrerreacción de lo sinversores obligó al BCE a intervenir y a dejar claro que la voluntad de Christine Lagarde es al menos tan firme como la que demostró en su día Mario Draghi, pero señaló también lo cercana que puede estar la línea de la fragmentación interna en los mercados de deuda del euro. «La actuación del BCE es una señal de alarma para evitar que reaparezcan los fantasmas del pasado», interpreta Antonio Madera, analista jefe de riesgo soberano de la agencia de calificación EthiFinance.

Con este movimiento, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos insistió ayer en que «los mercados no tendrán dudas sobre cuánto estamos dispuestos a hacer frente a la fragmentación» y ha justificado esta nueva iniciativa, que para muchos vuelve a alejarse del mandato del BCE, informa Rosalía Sánchez. La decisión ha recibido reacciones enfrentadas entre los expertos. James Athey, director de inversiones de abrdn, cree que el anuncio tras la reunión de urgencia de ayer solo «confirmó lo que ya sabíamos: que hay cierta flexibilidad en el PEPP, que es la primera línea de defensa. También sugirió una mayor urgencia con respecto a una herramienta antifragmentación. Sin embargo, la necesidad de equilibrar las necesidades de la política monetaria con los límites legales es un acto de equilibrio difícil».

Sin embargo, para Sergio Ávila de IG Markets las medidas anunciadas por el supervisor europeo son «la única opción para tratar de evitar una nueva crisis de deuda soberana». Explica que «la mala gestión de los países periféricos cuando la economía crece aumentando deuda, al final, termina traduciéndose siempre en tensionamientos en las rentabilidades de los bonos soberanos». Y cree que «el mercado empieza a descontar que a pesar de este intento del BCE de tranquilizar a los mercados, los gobiernos de la periferia más endeudados van a tener muchas dificultades a medida que vaya cayendo el crecimiento económico».

Para otros economistas, como el profesor de ESIC, Fernando Castelló Sirvent, «el problema de fondo está en la situación de las primas de riesgo y la inexistencia de un plan de consolidación fiscal en la Eurozona que tranquilice a los mercados. El anuncio del BCE plantea por tanto una solución más a corto plazo, que trata de ofrecer credebilidad en el mercado».

Mucho más crítico con la institución presidida por Christine Lagarde se muestra Juan Pablo Gil, analista de XTB, quien cree que «el BCE está a por uvas» y ha apuntado que «realizar alzas de los tipos de interés de 25 puntos básicos a cuentagotas, con inflaciones de un 8%, signfica estar a años luz del problema». Para este experto, el banco emisor tiene «una función complejísima ,en el que con una mano está retirando estímulos y con la otra inyectando capital para que no se vaya la prima de riesgo», en referencia a España, Grecia y Portugal. En este sentido, ha explicado, que la reunión extraordinaria del organismo y el nuevo ‘instrumento antifragmentación’ «suenan a una reacción para frenar la espiral de la prima de riesgo» y ha añadido que el BCE se concentrará en renovar los bonos de los países más endeudados. Especialmente los del sur de Europa. A su juicio, quien mejor está gestionando la actual situación es el Banco de Inglaterra que «lleva desde diciembre subiendo los tipos al ritmo del 0,25% y ha mandado un mensaje realista y muy agresivo».

Para el analista jefe y responsable de riesgo sobrerano de la agencia de calificación crediticia EthiFinance, Antonio Madera «hay una sobrerreacción del mercado, pero estamos ante un ajuste normal en un contexto de normalización de la política monetaria». «No hay que perder de vista que las Administraciones Públicas españolas se estaban financiando a precios casi de triple A cuando su calificación real es de A-. No eran precios reales» explica el experto.

Por otro lado, Madera reconoce que la subida de tipos de la Reserva Federal ha sido más intensa de lo esperado, pero entiende que no va a alterar la hoja de ruta marcada por el BCE para subir los tipos de interés y que tampoco va a tener un impacto relevante sobre las expectativas de crecimiento de la economía española. «No percibimos ninguna amenaza en el corto plazo, pero es evidente que el mercado ha dado un aviso a España de que tiene que reducir su deuda y activar cuanto antes un plan de consolidación fiscal».

También sobre la decisión de la FED, Ávila de IG Markets explica que los efectos sobre los mercados norteamericanos y europeos por esta decisión están haciendo que se encuentren en tendencia bajista de corto y medio plazo y en fase todavía correctiva de largo plazo. «Las decisiones de los bancos centrales suponen reducir la liquidez del mercado y aumentar los costes financieros, lo que reducirá los beneficios empresariales. Los inversores seguirán ajustando las valoraciones al entorno actual vendiendo Bolsa» estima el experto.

Subida «oportunista»

Otros califican la subida de «oportunista». Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz GI, cree que aunque esta responde exactamente a las expectativas del mercado, «plantea un problema de credibilidad. La Fed había comunicado claramente su intención de subir los tipos en 50 puntos básicos en sus reuniones de junio y julio… ¿Cómo podemos entonces dar crédito al mensaje de Jerome Powell cuando indica que no prevé que las subidas de 75 puntos básicos se conviertan en la norma?».

Por su parte, el profesor de Economía y Empresas de la Universidad Europea Danial Arnáiz, se ha mostrado contundente: «Los tipos negativos se han acabado. La política monetaria expansiva se ha convertido en un arma de doble filo». En su opinión, cree que estamos ante una situación inédita en la historia económica en la que «ni los ahorradores cobran por sus ahorros ni los prestatarios consiguen percibir algún tipo de beneficio».

El investigador principal del Instituto Elcano, Enrique Feás, avisa que el último movimiento de la Reserva Federal tiene varios efectos, ya que deja muy claro que «si hace falta caer en recesión para controlar la inflación la va a haber», así como consecuencias sobre los mercados emergentes -«especialmente los más endeudados»- donde teme que se produzcan «una cadena de quiebras por los cambios de tipos y los diferenciales de las primas de riesgo» y que, todo ello, afecte «indirectamente» a los mercados desarrollados y a la economía europea. En este sentido, ha recordado que la actuación de la Fed condiciona las decisiones del BCE: «El ciclo estadounidense está más avanzado desde el punto de vista de la demanda, lo que le obliga a adelantar las subidas de tipos»,

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