La mitad del gas que llega a España lo hace en buques, en estado líquido y a -160º


España es uno de los países europeos con mayor grado de dependencia energética del exterior en la UE. Concretamente, casi el 78%, según las últimas estadísticas europeas correspondientes a 2019. Ese porcentaje se eleva al 99,9% en el caso del gas natural.

En los primeros ocho meses del año, España importó 264.550 GWh de gas, un 10,6% más que en el mismo periodo del año anterior. El 49,11% llegó por los gasoductos del Magreb -que Argelia cerró el domingo pasado- y el de Medgaz, y el 50,89% en forma de GNL (gas natural licuado) en buques con una capacidad media de 165.000 metros cúbicos.

En este caso, el gas llega a los puertos españoles en unos barcos metaneros en estado líquido y a -160º en tanques esféricos, ya que así ocupa hasta 600 veces menos que en estado gaseoso. Y es mucho más seguro en unas travesías de varios miles de kilómetros

En su origen, el gas es llevado por gasoductos hasta un puerto marítimo donde una planta de licuefacción lo transforma en líquido para introducirlo en el barco. Cuando llega a su destino, descarga en otra planta, en este caso, de regasificación, donde se devuelve el gas a su estado natural para su distribución por la red nacional de gasoductos.

Esas regasificadoras se encuentran estratégicamente situadas en Barcelona, Cartagena, Huelva, Gijón, Bilbao y Sagunto para recibir buques procedentes de todos los continentes. Este año, hasta la semana pasada, habían descargado en ellas 197 metaneros, según datos de Enagás, el gestor del sistema gasista. España es el país con más regasificadoras de Europa, y el segundo del mundo tras Corea del Sur.

Estas instalaciones y la variedad de países proveedores (más de una docena) garantizan notablemente la llegada del gas que necesita España, que este año procede en un 49% de Argelia, un 10,7% de Rusia, un 9,7% de Nigeria y un 9,5% de EE.UU..

Además de los dos grandes gasoductos del Magreb y de Medgaz que traen a España gas procedente de los mismos yacimientos argelinos de Hassi R’Mel, contamos también con dos pequeños gasoductos que conectan con la red francesa (Larrau-Alçay e Irún-Biriatou), y otros dos con Portugal (Badajoz-Campo Maior y Tuy-Valença do Minho) pero el volumen de gas que discurre por ellos es muy pequeño.

En concreto, por las conexiones con Francia ha llegado este año, hasta agosto, un 6,44% de todo el gas importado. De ese porcentaje, un 3,6% procedía del país vecino y un 2,84% de Noruega. De Portugal solo hemos recibido por gasoducto un 1% del total.

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