La inestabilidad política le cuesta 64.700 millones al Ibex en un mes


No hay peor escenario para un proceso de captación de capitales que la incertidumbre, y eso es precisamente lo que desprende España tras un año plagado de cambios políticos a nivel estatal, autonómico y local. La dificultad para formar un Gobierno estable, del signo que sea, frena el proceso reformista de la economía española y la entrada de inversión extranjera. Además, amenaza con encarecer la refinanciación de la abultada deuda española y con lastrar aún más la cotización en bolsa de las empresas más expuestas a nuestro país. El castigo en el último mes ya ha sido bastante fuerte en el Ibex 35, que ha perdido 64.679 millones de euros de capitalización desde el 20-D (568.561 frente a 503.882 millones). Los problemas internos se han unido a un complejo entorno internacional marcado por el desplome del petróleo y la desaceleración económica china.

Los bancos cotizados en el Ibex 35 han sido los peor parados desde las elecciones generales. Las siete entidades han perdido un total de 27.003 millones de euros de capitalización bursátil en las cuatro semanas posteriores a los comicios, con recortes que van desde los 10.191 millones de euros del Santander (un 15% de su valor) hasta los 606 millones de Bankinter (un 10,04% de su cotización).

Empresarios, inversores extranjeros y casas de análisis abogan por la estabilidad política y por un Gobierno fuerte para que la economía española se consolide en la senda de crecimiento iniciada en 2014. Los primeros datos conocidos no invitan precisamente al optimismo ya que, según el Banco de España, nuestro país sufrió salidas de capitales por valor de 41.400 millones de euros entre enero y octubre del año pasado. Era previsible que, ante las encuestas y los resultados de las elecciones generales, la cifra aumentara tanto en noviembre como en diciembre.

La patronal del sector del capital riesgo en nuestro país, la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), ya señaló el pasado jueves que el peso de los fondos de inversión extranjeros en las operaciones corporativas cayó del 79% al 56% por volumen de capital invertido el año pasado, una situación probablemente influida por la inestabilidad política en el país. No obstante, la menor penetración de los inversores externos se compensó con un alza de la actividad de los domésticos, muy activos durante todo 2015, para cerrar un buen ejercicio.

Otro de los indicadores más relevantes para evaluar la situación económica del país, la confianza empresarial, cayó en el último trimestre después de casi un año y medio de subidas. Así, el Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), disminuyó un 1,3% a principios del presente ejercicio, con una caída relevante entre las pymes con menos de 200 empleados, las más expuestas a los cambios normativos derivados de decisiones políticas.

El interés del bono español a diez años, que evoluciona a la inversa de la demanda, cotizaba en el 1,693% el viernes anterior a las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, y hace dos días cerró en el 1,752%, un 3,5% más. Llegó a alcanzar el 1,834% tres días después de los comicios. Un repunte del 3,5% en el rendimiento de toda la curva de títulos de deuda española, sostenido durante todo el ejercicio, supondría un coste de más de 1.100 millones de euros sobre el presupuestado. Y esa cifra impactaría en el déficit público, que debe ser como máximo del 2,8% del PIB.

El Tesoro Público pretende colocar más de 226.000 millones de euros en bonos y Letras durante el presente ejercicio, por lo que el riesgo para la financiación de la deuda de nuestro país es muy elevado. Por suerte, el Banco Central Europeo (BCE) ha limitado el impacto de las inestabilidades en el coste de emisión de la deuda de los estados europeos, pero no debemos descartar un incremento de los rendimientos.

Además, el interés del bono español superó al italiano al mismo plazo en 2015, en concreto, en el mes de abril. Los inversores exigen desde mayor rentabilidad para invertir en deuda de nuestro país que en títulos de renta fija soberana de Italia, al existir una mayor percepción de riesgo. En términos económicos, España crece más y está menos endeudada, pero Italia tiene menos paro y un déficit público más controlado. La brecha entre ambas referencias es ahora de 19 puntos básicos, una distancia que los analistas justifican por la incertidumbre política.

Goldman Sachs, el gigante bancario de EE UU, también ha pronosticado recientemente que la inestabilidad política impactará en la senda de crecimiento de la economía española. «La incertidumbre implícita va a pesar sobre la confianza de empresas y consumidores, y por ende, en las perspectivas económicas», alerta el banco de inversión.

La agencia de calificación crediticia Moody’s también consideró «negativo», desde el punto de vista económico, y el resultado de las elecciones del pasado 20 de diciembre. «El resultado es negativo para el crédito de España», dijo Dietmar Hornung, director general adjunto de la agencia, justo después de conocer la heterogénea composición del Parlamento español.

Source: The PPP Economy

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