La industria del papel reescribe su historia sobre renglones de sostenibilidad
En lo más duro de la pandemia, la industria papelera fue incluida entre las actividades esenciales. Pero ahora afronta una difícil coyuntura derivada de la escasez de materias primas y, sobre todo, de la subida de los precios de la energía derivada de la guerra de Ucrania. Un horizonte borrascoso que complica el futuro inmediato de un sector que, en plena era de la digitalización, había encontrado una nueva luz en el auge del comercio electrónico, al tiempo que comenzaba un viaje innovador para reescribir su futuro sobre las líneas de la sostenibilidad y la eficiencia.
Son cerca de 80 fábricas en España. Durante la huelga del transporte, algunas factorías echaron el cierre temporalmente. Pero el alto rendimiento se mantiene, como explica Enrique de Yraolagoitia, director general del Grupo Saica: «Nuestra compañía está intentado garantizar esa actividad esencial que es la producción de papel y cartón, porque sin embalajes no se pueden mover mercancías». Momentos de urgencias que ahondan en la necesidad de perseverar en un cambio de rumbo. «El alto coste energético va a acelerar la búsqueda de soluciones para lograr la independencia energética. Necesitamos ya esas energías más baratas, pero requiere tiempo», comenta Carmen Sánchez-Carpintero, directora de Medio Ambiente de Aspapel (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón).
La industria logró mantener en 2020 el nivel de actividad y el empleo (16.637 empleos directos). El sector produjo 6,27 millones de toneladas de papel y 1,65 millones de toneladas de celulosa, con una caída en la producción de papel del 2,6%.
El mayor crecimiento se dio en los papeles para cartón ondulado (5,1%) y los papeles higiénicos y sanitarios (3,2%). El ‘boom’ del ‘ecommerce’ ha llevado a un crecimiento imparable en la producción de cartón y otros tipos de productos destinados al embalaje.
Los nuevos productos se centran en distintas líneas de innovación como la utilización de fibras de celulosa de novedosas fuentes naturales, biocomposites, electrónica impresa y nanotecnología, aprovechamiento de los residuos, la nueva vida del ‘packaging’ y productos para hacer más fácil la vida cotidiana. La celulosa, habitualmente procedente de la madera, se elabora también en los últimos tiempos con fibra de la leche, pastos, cuero o cáscara de cacao. Sirve además para fabricar biocomposites de fibra de celulosa. La investigación favorece circuitos electrónicos impresos en papel.
Diseño y embalaje
En el ‘packaging’ de papel y cartón, junto a diseños innovadores se pueden encontrar embalajes para productos electrónicos con alas protectoras, embalaje antihumedad, palés de cartón o la multicaja para la compra online. Entre los diversos productos innovadores que ofrece la industria papelera están el papel higiénico que limpia las tuberías, el envase que enfría las bebidas, el cartón que absorbe los malos olores, el saco de cemento que se disuelve en el hormigón, el tisú de una sola capa o fibras textiles a partir de madera.
El compromiso del sector con la descarbonización para alcanzar la neutralidad climática afecta a las instalaciones, donde se busca la eficiencia energética y el uso de energía renovable. Un hito en la innovación lo representa la generación de vapor y electricidad a partir de biomasa local: en 2019, la multinacional española Saica inauguró su primera caldera de biomasa en la fábrica francesa de Venizel. Objetivo: reducir las emisiones de CO2 más del 70% mediante la instalación de un generador de vapor a partir de biomasa (madera residual de origen local y rechazos del proceso productivo de Saica), que suministra a la factoría energía térmica para la producción de papel.
Grupo Saica es líder en Europa en la fabricación de papel para cartón. En las otras dos factorías de Francia de su propiedad también instalarán caldera de biomasa. «En Francia existe un consumo de madera fin de vida muy importante. Esa disponibilidad de materia prima permite eliminar el consumo de gas natural para utilizar esa madera y valorizarla», aclara el director general.
Economía circular
El sector papelero lidera el proceso de descarbonización de la industria. La Memoria de Sostenibilidad del Papel presentada en sociedad a primeros de año refleja su compromiso. El plan de inversiones estratégicas de la industria papelera española incluye proyectos enfocados a la sustitución de combustibles fósiles por otros renovables e hidrógeno verde en las cogeneraciones, la incorporación de biogás para cubrir la demanda de energía térmica y la generación de electricidad a partir de energías renovables.
«En el camino hacia esa bicircularidad descarbonizada destaca el carácter local de nuestras materias primas –afirma Elisabet Alier, presidenta de Aspapel– ya que el 97% de la madera procede de plantaciones españolas y el 71% del papel usado que utilizamos para reciclar se recoge en nuestro país. Más de un 60% de la madera utilizada cuenta con certificación de gestión forestal sostenible y se cultiva en plantaciones locales que son eficientes sumideros de CO2 y fuente de empleo en la España vaciada». Además, el 73% de la materia prima para hacer papel en España es fibra reciclada y el 27% fibra virgen.
¿Y hacia dónde se dirige el sector? Según Enrique de Yraolagoitia, los retos de esta industria pasan por «trabajar bajo los principios de la economía circular, la descarbonización, la innovación, el impulso de la digitalización, la gestión del agua y la valorización de los residuos». Sobre los residuos, Sánchez-Carpintero apunta que se trabaja «para valorizar el 100% de los residuos, porque ahora se llega al 80%».
Aunque el papel experimenta cierto retroceso ante el empuje del cartón, no va a desaparecer. Como recuerda Yraolagoitia, «una encuesta de Sigmados en 2020 dice que el 83% de los consumidores españoles no se imaginan su vida sin papel y están abiertos mayoritariamente (87%) a utilizar nuevos productos papeleros».