La empresa familiar exige al Gobierno igualdad de condiciones para competir en Europa
El retorno a la presencialidad ha marcado el XXIV Congreso de la Empresa Familiar que se ha clausurado este martes en Pamplona (Navarra), que el año que viene acogerá Cáceres (Extremadura). Con la recuperación económica amenazada por la inflación y la ambición de superar definitivamente la grave crisis económica provocada por el Covid, el discurso del presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) Marc Puig adoptó un aire reivindicativo. En concreto, el principal responsable del IEF, exigió al Gobierno que «no se pongan trabas al crecimiento, ni que las condiciones para ello sean peores que las de nuestros vecinos europeos». Y a menudo esa es la realidad». Es decir, igualdad de condiciones para competir en Europa. En opinión de Puig, «se apoya al emprendedor, y eso está muy bien, pero no se valora lo suficiente la labor del empresario».Para ello, ha propuesto establecer «una alianza con los poderes públicos para posibilitar que nuestras empresas crezcan«.
El presidente del IEF ha comenzado su discurso con una referencia a la reiterada ausencia del presidente del Gobierno desde 2018 cuando en Valencia tuvo un recibimiento frío por parte de muchos empresarios familiares. Como el año pasado, Sánchez recibió la invitación para clausurar el congreso. «No nos acompaña en esta ceremonia de clausura el presidente del Gobierno. Me hubiera gustado que lo hiciera para compartir con él nuestra labor», ha lamentado Puig.
El también presidente ejecutivo de Puig (moda y perfumes) ha advertido contra la tentación de que las futuras modificaciones del régimen fiscal caigan en la «tentación fácil de destruir nuestras estructuras empresariales para responder a urgencias coyunturales» y apostado por mantener el actual régimen fiscal en España. En su opinión, el IEF acoge «con respeto« la puesta en marcha de una Comisión de Personas Expertas por parte del Gobierno para la reforma del Sistema Tributario pero pide que estas modificaciones se centren «en la optimización del gasto público y en la eficiencia de los servicois del estado del bienestar». En este sentido, Puig se ha mostrado de acuerdo en que «nadie quede fuera del esfuerzo tributario que se necestia» pero ha incidido en que se exploren vías para «que cada euro pagado en impuestos y cada euro recibido en prestaciones sociales rinda con todo su potencial en beneficio de los ciudadanos».
En cualquier caso, Puig ha apostado por el diálogo con las administraciones públicas en todas estas materias así como aunar voluntades en impulsar el desarrollo de las empresas familiares.«Su consolidación, su crecimiento, su éxito es sinónimo del éxito de España y del bienestar de los españoles», ha concluido.